Hermosa velada

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CAPÍTULO 11

Hermione

Terminé de desayunar con calma, tenía clase inmediatamente lo sabía, pero lo dejé confiarse por completo, no me gustaba utilizar tácticas tan bajas como esas, las consideraba muy tramposas, pero él no me había dejado de otra, y por cómo veía él comenzaba a mostrar ciertas actitudes.

Vendré el fin de semana —me dijo levantándose de la mesa—. Hasta luego Hermione.

¿Irás a verme a la casa?

¿Cómo? ¿Te vas a ir? —esa era la cara que quería ver en su rostro...

Sí, me vine contigo por seguridad y para no hacer el problema más grande pero nada más, yo ya tengo donde vivir y me regreso hoy mismo a mi casa... además solo traje ropa para hoy.

Pues ve por más.

No Severus, creo que mejor me regreso hoy.

Bien —siseó tomando polvos flu.

¿Iras a verme? —volví a preguntarle, arriesgando mi propia vida, ya que lo vi molesto.

No lo sé... cuídate —eso se llama enojo, celos, enojo, prefiero los celos, pensé con sabiduría.

Recogí lo que habíamos usado, y me fui a trabajar a la librería y demasiado rápido ya que la casa de Severus estaba más lejos que donde yo vivía en realidad.

Mi día de rutina fue la misma, salí a comer a la casa, para entonces Richard había decidido regresarse a su casa, así que estaba sola en ella, comí algo ligero y me fui caminando de nuevo a la librería, llegué unos cuantos minutos antes y vi a Severus recargado en la pared esperándome, no llevaba la levita y su camisa blanca se pegaba por completo a su cuerpo, algo que sin duda no había disfrutado en otro tiempo, siempre iba envuelto en la levita y la túnica, su estilo de vestir en ese momento era diferente a cuando yo lo había conocido.

Iba por buen camino pero ¿acaso tiene que hacerme las cosas tan difíciles?

Severus ¿qué haces aquí?

Lo lamento —dijo con sinceridad, su rostro era muy distinto al Severus que en realidad conocía, estaba serio y preocupado, algo le angustiaba y quería liberarse de ello.

¿Lamentas qué?

Haberte hablado como lo hice esa mañana, no debí —no le dije nada, de pronto me di cuenta que estaba siendo cruel con él, pero no podía detenerme—, no estoy acostumbrado a dar explicaciones de mi vida y... por eso te fuiste lo sé, por cómo te hablé, ya me conoces cómo soy, y no se le acerca ni un poco a lo que creías.

Severus, no te preocupes yo tengo la misma idea sobre ti, desde que te conocí y para siempre tú serás un hombre ejemplar sin importar nada... yo me fui porque era necesario, no podía estar a tu lado por siempre —aunque eso es lo que intento—, y tú tuviste razón en molestarte, el que mis traumas pasados hayan posesionándose de mí no era tu culpa, te imaginaba capturado, te imaginaba herido, y exageré, en cuanto a lo otro... pues yo no soy nada en tu vida y no tenía derecho.

No digas eso, tú eres mi amiga —me interrumpió.

¿Lo soy Severus?

Sí... lamento esto, has cambiado conmigo desde aquél día, esa mujer no era nada Hermione, te lo juro.

No tienes que darme detalles de tu vida amorosa o lo que sea, al final fue muy infantil mi actitud, hasta pena me da verte a la cara, era natural que te enojaras ¿cómo me atreví a hacerte esa pregunta? Creo que si tú me cuestionaras con quien mantengo relaciones sexuales yo también me hubiera molestado, diciéndote que no era de tu incumbencia —se quedó absorto con mi comentario y sentí su mirada más intensa.

No estoy preparada para perderte Editando (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora