Destino

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CAPÍTULO 24

Hermione II

Habían pasado tres días desde el accidente, no sabía lo que él hacía en esa casa, pero en su mayoría estaba en la habitación conmigo, casi no hablábamos, él veía algunos libros y solía escribir mucho, en ocasiones lo veía escribir en pergaminos mientras él creía que dormía, y sin embargo, nunca lo vi dormir.

No dejaba de preguntarme qué hacía ahí, ¿ella dependía de mi estabilidad física? Si así fuera comprendía por qué, él estaría asegurándose de que yo no estuviera en peligro para que a ella no le pasara nada, la sola idea me provocaba un dolor agudo. Una parte de mí no podía evitar pensar que yo le importaba, pero él había dicho que yo sólo era una niña, y él un hombre, siempre se había dedicado a dejarme en claro que yo no era suficiente para él.

Y cuando le preguntaba del por qué me tenía ahí, decía que eran peligrosos otros lugares, sus respuestas no eran lo que yo esperaba, ninguna era suficiente.

En ese momento estaba terminando de vendar mi vientre, cuando apretó con fuerza, sus dedos rozaron mi cintura, el tacto entre nuestras pieles me hizo estremecer, observé mi piel y se notaba, pero él estaba terminando de ajustar la venda y no se percató, giré hacia la ventana con fingida indiferencia. Todos esos años tratándome mal, queriéndome mantener alejada para que yo no sintiera nada por él, vengándose de mí por el dolor que ella le había causado y sin embargo ocurrió, me enamoré de él y nunca supe cuándo, cuando cerraba mis ojos y pensaba en él, sólo sentía su mano en mi cintura mientras bailábamos esa noche, la breve conversación que habíamos tenido y la calidez de su mirada, ahora ese recuerdo era opacado por sus labios saboreando los míos, su mano en mi cuello pegándome hacia él y las sensaciones alojarse con fuerza en mi vientre. Suspiré con tristeza al darme cuenta que esos recuerdos podrían ser la sombra de ella y sólo yo los atesoraba con fervor.

¿Le regresó el dolor? —preguntó analizándome.

No, así que creo que no es necesaria tanta poción —propuse, él sonrió de lado negando— profesor me la paso dormida todo el tiempo.

La poción era para facilitar la cicatrización, pero va muy bien, ya no le daré la poción.

Gracias, ¿cuándo me iré?

En cuanto note que puede caminar bien —respondió abrochándose los botones de su levita.

No quiero quitarle más su tiempo, se la pasa aquí sin mirarme, ¿el director le ordenó esto?

Resopló con fastidio antes de responder.

No creo que sea necesario cruzar palabras con usted, si cada palabra mía la toma como declaración de guerra —me reprochó como si mi actitud le doliera— si tanto quiere recuperarse para ir corriendo a los brazos de Weasley y Potter obedezca en mis indicaciones, que son las de su medimaga.

¿La mujer enamoradiza a la que puso a cuidarme? —contraataqué de la misma manera.

Aunque estemos en esta casa Granger —expuso poniéndose cerca de mí— no significa que algo haya cambiado, sigo siendo el mismo al que debe guardarle respeto, estoy siendo bastante tolerante con usted pero no intente cruzar la línea.

Usted la cruzó en el momento en que me besó.

Entonces eso me da más derechos en ponerla en su lugar —respondió, no pude caer en asombro, no esperaba que tuviera la valentía de responder.

...

Había pensado durante el resto de la tarde y por la noche lo que debía hacer, mis padres no se conformarían con mi decisión, en un arrebato de cólera ellos podrían sacarme de Hogwarts y sin la protección de alguien más, podríamos morir en manos de ellos. Si descubrían a Emma yo estaría muerta, en eso nunca pensó ella ni él, ahora tenía que usar todas mis habilidades y posibilidades para protegerlos a ellos y a mí.

No estoy preparada para perderte Editando (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora