Intentando vivir sin ti

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CAPÍTULO 4


Hermione

Los meses fueron pasando lentamente, la situación en mi casa era insoportable pero no me dejaban marcharme a casa y ni siquiera tenía la fuerza para hacerlo. Harry llamaba seguido pero rara vez accedía a tomar sus llamadas, por supuesto iba a visitarme, me hacia la dormida, optó por las llamadas telefónicas, y eso resultaba más sencillo de ignorar.

Estaba tan alejada del mundo mágico que me daba pánico ir al Callejón Diagón, o a la casa que me había comprado Severus, cualquier posibilidad de regresar a mi vida me llenaba de pánico, la única idea que tenía en mi cabeza era irme a Italia, pero mientras mi familia me mantenía encerrada y mi temor a ir a Gringotts por dinero, no podría salir de casa.

Los golpes en la puerta me hicieron levantar asustada, pero recobré la compostura de inmediato, mi madre entró a la habitación con calma, sonriéndome como si fuera a darme la peor noticia de mi vida.

Cielo, ¿qué te parece si vamos al teatro esta noche? Sólo tú y yo, —me preguntó mi madre, yo suspiré y me acosté de nuevo.

¿Tú irías al teatro si papá muriera? —mi pregunta la dejó callada, no solamente por el tipo de respuesta que había dado, sino por el tono que había empleado—, ¿qué no entienden ustedes mamá? Para poder explicárselos mejor, el hombre que amaba se murió mamá, en mis brazos, ¿ves esto? —le mostré mi mano—, me lo dio minutos antes de morir, me pidió matrimonio y ¿quieres que vaya al maldito teatro?

Hija, necesitas salir, llevas seis meses encerrada aquí, a penas comes, dime Hermione ¿cuándo fue la última vez que tomaste un baño? ¿La última vez que te maquillaste? ¿O comiste tu postre favorito? Ni siquiera tomas un libro con lo mucho que amabas leer... ¿él merecía tu amor hija? ¿Es merecedor de que estés muerta en vida ahora? —sus palabras me confundieron y volteé a verla furiosa.

El merecía mi amor, mi confianza, mi respeto ¿por qué preguntas eso?

Porque los días que estuvimos en el mundo mágico en el periódico ese no hacía otra cosa que no bajarlo de asesino, de mortífago, de un hombre cruel y manipulador, según leí él mató a Dumbledore y... decía que fue tan hábil para enredar a una jovencita —cuando escuché eso no pude evitar que mis ojos se llevaran de lágrimas, sin la posibilidad de refutar y defender lo que estaban diciendo a mis espaldas—, se burlaron de ti, todo el mundo mágico porque te autonombraste su viuda, sin serlo, para ellos sólo fuiste una aventura, Hermione.

Vete mamá, —le exigí sin que ella me viera llorar—, si tú que se supone eres mi madre no me entiendes ¿cómo esperas que los demás lo hagan? —se lo dije claro, calmada y sin llorar—, él luchó en esa guerra para que a mí no me pasará nada, me protegió, me amó y le creo en todo y no me interesa lo que el mundo mágico piense de él, quiero estar sola, si tanto te molesta mi depresión déjame ir a la casa de mi ES-PO-SO —me levanté y le abrí la puerta en señal de que quería que se marchara.

No sé qué hacer Hermione.

No hagas nada mamá, —terminé de decirle antes de cerrar la puerta.

Cuando logré que ella me dejara tranquila azoté con fuerza, tenía tanta rabia guardada dentro de mí, si Harry había limpiado su nombre cómo era posible que salieran esas notas, por primera vez pensé que aunque no supiera qué me deparaba en mi futuro, el mundo mágico no era una opción para mí.

No estoy preparada para perderte Editando (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora