Ahora te tengo a ti

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CAPÍTULO 8

Hermione

Había dejado de martirizarme si había hecho lo correcto o no, ya estaba ahí, y mi vena egoísta saltó a la vista, yo tenía derecho a quedarme ahí, nadie tendría porque saberlo, si mantenía un bajo perfil no arruinaría la línea temporal, tenía unos años para decirle a él mi verdadera historia, y por amor a Harry me encargaría de destruir los horrocrux antes de regresar a mi tiempo, en este momento no podía regresar, no tenía futuro en el mundo mágico que me había dado la espalda, ni en el mundo muggle donde mis padres se encargarían de detenerme en ese hospital hasta que cediera ante sus peticiones.

Tenía que aceptar que mi intención sólo era una, disfrutar ese tiempo, tener una oportunidad, recordé un poco mi pasado, y sabía que meterme en su cama en esta ocasión no sería lo mejor, entonces me di cuenta que no tenía absolutamente nada, tuve la mejor relación de tres años con un gran hombre, atento, apasionado, que me amó, pero yo no tenía historial, él había sido el primero, mis tácticas con él fueron muy ¿cómo decirlo? Directas... quizás no podía usar el mismo método, ¿qué voy a hacer?

Se me estaba quemando el cerebro de tanto pensar, Ginny le provocó celos a Harry pero Severus es otra cosa, así que descartado; utilizar mi misma táctica que la vez pasada la omití por completo, piensa Hermione, alumna inteligente y no sabes cómo conquistar a un hombre.

Desde las seis de la mañana no me había podido dormir, me levanté y me bañé en silencio para no despertarlo, me puse un vestido verde esmeralda straple que llegaba a la rodilla con un gran vuelo y un cinturón de la misma tela que estaba debajo de los pechos y terminaba con un moño discreto por detrás, zapatillas negras abiertas, nada elegante sino muy casual, él no era ciego y por algo debía empezar.

¿Cómo se te ocurrió cortarte el pelo?

Intenté darle una solución a mi cabello corto, me hice una diadema con mi mismo pelo en forma de trenza y lo agarré con un broche verde en forma de flor del lado izquierdo, me maquillé un poco, me vi al espejo y creí que no todo estaba perdido, él y yo no nos llevábamos tantos años, así que esa no sería un impedimento.

Quizás tenga posibilidades, nadie mejor que yo para saber que adora él, manos a la obra.

Salí y bajé a la cocina, Severus nunca me llevó a esa casa porque decía que era riesgoso, y porque mantenía sus más fríos recuerdos. Por fin le tomé atención al lugar, tenía una mesa redonda de madera rustica y la cocina integral era negra, una alacena y un fogón; llamé a la elfina quien me ayudaría a darle una sorpresa a Severus.

Jelyus —le llamé con voz baja.

¿Si señorita? —apareció la elfina de inmediato.

Quiero que me ayudes a prepararle algo al señor Snape, quiero que sea algo especial para agradecerle su hospitalidad conmigo.

Claro señorita ¿qué quiere que prepare?

No, más bien quiero que me digas dónde están las cosas para prepararlo yo —le solicité emocionada abriendo la alacena.

¿Qué? No eso no, yo preparo la comida del amo, nadie más que Jelyus.

Por favor déjame prepararlo ahora yo, te aseguro que no tendrás problemas con el señor, además él te dijo que me sirvieras en lo que necesitara —que odiosa debí oírme, y la elfina me vio con un odio desmedido—, por favor dime dónde están las cosas —la elfina accedió de mala gana y me dejó la cocina para mí sola.

No estoy preparada para perderte Editando (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora