La falla de mi plan

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CAPÍTULO 7

Severus Snape

Desperté un poco más tarde de lo normal, la razón fue que había dormido más noche de lo que acostumbraba, debo admitir que me encontraba bastante cómodo, hasta que me di cuenta de lo ocurrido la noche anterior, estaba completamente acostado en la cama a un lado de la chica, me alejé inmediatamente mientras negaba con la cabeza, ¿cómo pude quedarme dormido con ella?, me recriminaba, me sentía muy extraño de haber despertado al lado de una mujer, pues se me hacía un acto muy íntimo, me quise levantar y sentí su mano sobre mi estómago, lentamente se la quité y lo coloqué a un lado de ella despacio para no despertarla, me levanté y salí al pasillo para llamar a mi elfina.

Jelyus —le llamé con voz baja.

¿Si amo?

Ten —le di unos galeones—, ve al Callejón Diagon y pídeles que te den un vestido para una señorita joven, delgada y estatura promedio, y todo lo que necesite una mujer... ya sabes ropa interior, unos zapatos, pídele a la dependienta que te ayude con eso.

Si amo ¿color del vestido?

No importa el color, menos rojo.

La elfina desapareció y entré de nuevo a la habitación donde ella seguía durmiendo, tomé ropa limpia y me tocó tomar la ducha en el baño independiente que estaba entre los dos cuartos, al salir me vestí con magia, con mi atuendo normal, pantalón negro, camisa blanca y la levita negra. Entré de nuevo en la habitación sentándome en el sillón y me puse a leer el profeta mientras esa chica despertaba.

Abrió los ojos y observó el lugar tomándole mucha atención a ciertas cosas, hasta que su mirada llegó a donde yo estaba.

Severus —fue lo único que dijo, extrañándome por completo... alcé la ceja y me levanté hacia ella—, lo siento... señor Snape —sonreí con ironía, después de la noche anterior, el cómo le llamaba sólo era un detalle sin importancia.

Buenos días señorita... ¿cómo se llama?

Mmmm... Hermione... Granger —pensó demasiado en decirme su nombre, y cuando lo hizo comenzó a ver la alfombra compulsivamente.

Muy bien señorita Granger, en la puerta de ahí hay un baño, dese una ducha tranquila —mi elfina llegó dejando el paquete en la orilla de la cama y desapareciendo de inmediato—, le mandé a que le trajeran ropa, puede ponerse esta nueva y después baje a la sala, ahí la esperaré.

Gracias señor Snape.

Oh... se me olvidaba... tenga la varita, así ajustará la ropa a su talla —le extendí mi varita y ella lo tomó con timidez.

Salí de la recamara para que ella pudiera asearse y bajé a la sala a esperarla.

HERMIONE

No es un sueño, si pude regresar en el tiempo, pero parece no conocerme, quizás aún no llegó a Hogwarts, madre de dios...

Me levanté rápido empezando a buscar en la habitación algo que me indicara a dónde había llegado, y lo vi, El Profeta, lo tomé y me mareé de la impresión: julio de 1987..., madre mía... debo tener ocho años... él debe tener 27 o 28 años... joder... regresé mucho tiempo.

De pronto el pánico me invadió, qué se supone que haría, hui de mi tiempo por no tener alternativas, pero estar aquí no podía ser, de pronto esa ansiedad que sentía cada vez que llegaba un enfermero me invadió.

No estoy preparada para perderte Editando (Sevmione)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora