Sam vivía al día sin pensar en el futuro, Muna intentaba superar un desengaño amoroso sin perder la ilusión. El desenfreno y la ingenuidad, el egoísmo y la ternura, chocan contra un límite que los separa, pero también los une.
Nathalie es estudiante...
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El cielo es el límite - Capítulo 15 - El ritual de los sábados
A la mañana siguiente Elena le llevó el desayuno a la cama Brian. Justina y Frank finalmente habían vuelto al hotel, ya que la primera se negó a quedarse en la casa de los Buttler después de haber abonado la estadía, alegando que era un desperdicio de dinero.
Elena quedó intrigada por la conversación en privado de Sam y Brian. No pudo indagar a su ahijado sobre el encuentro que probablemente tuvo con Muna. Su intuición era que se cruzaron, tal vez en el Hospital Londres. Brian no soltó ni una sola palabra sobre el asunto.
En ese instante su marido abrió los ojos y al ver la bandeja llena de alimentos se sorprendió.
-Cariño...-dijo con voz ronca.
-Buen día dormilón.-repuso con dulzura.
-Buen día.-giró su cuello en varios ángulos y se acomodó en la cama. Observó la bandeja repleta de frutas, café, tostadas y jugo de naranja - ¿Es mi cumpleaños?
-No, tonto. Solo quiero ser amable contigo. ¿Está mal? - dijo ella con el mismo tono comprensivo.
Brian no contestó, bebió un poco de jugo, y empezó a untar una tostada en silencio.
-¿Cómo dormiste?
-Mejor que la noche anterior. - la miró - ¿Supiste algo de Nathalie?
-Nada...aún no sé cómo le fue en la declaración.-contestó Elena - Me deja tranquila que Jane y Thaddeus estén con ella. Es bueno que esté acompañada.
-Sí, ni hablar. Qué momento horrible debe estar pasando - murmuró con la vista fija en la tostada- ¿Troy duerme?
-Sí, estaba cansado. Le cayó bien Justina.
-Ese enano se mete a todos en un bolsillo enseguida...
-Como su padre, es un comprador...-Brian sonrió un poco.- ¿Vas a ir a trabajar?
-No abriremos Amnesia esta noche. El gobierno decretó unos días de duelo, lo leí anoche en un portal digital - comentó.
-Bueno, estaría bien que descanses -Elena se sentó a su lado y besó su hombro, mimosa. Brian bufó - ¿Qué pasa, te molesto Buttler?
-Sé lo que te propones.-le avisó, incómodo.
-Bueno, hace mucho que no tenemos...un momento a solas.-dijo insinuante.
-Elena, no soy idiota.
-¿Ah no? - le tomó el pelo.
-Quieres saber qué hablé con Sam ayer...y a cambio...-ella besó su oreja. Brian sintió un cosquilleo en el cuello- Eres tremenda.
-Tengo mis métodos, ¿por qué no aprovecharlos? - susurró, lujuriosamente.
-No te contaré nada, Sam me pidió que no lo hiciera.