El cielo es el límite
Capítulo 10 - La noche que dejaste de actuar
Muna llegó al hospital muy temprano. Justina había llegado con insuficiencia respiratoria al hospital, por un cuadro de asma, y a Frank Stone le subió la presión. Estaba encerrado con un médico en su despacho, no dejaban entrar a nadie. Stone había preguntado por Muna y ella no dudó en acudir urgente, no iba a fallarle. No tenía idea qué le había sucedido a Justina, ni tampoco que era asmática, pero no quería imaginar el disgusto que Frank llevó cuando lo supo; había perdido a su hija Meredith, otro golpe similar no iba a tolerar. La recibió el doctor Milton MacKenzie, un cirujano de renombre, íntimo amigo de Frank. Era calvo, petiso, y muy flaco. Frank estaba recostado en un sillón, pálido como un papel.
-Muna...hija. Que suerte que viniste.- dijo al verla.
-Frank, tranquilo, estoy aquí... - miró a Milton- ¿Cuánto tiene de presión?
-Diecinueve, demasiado alta.- respondió.
-No me permiten ver a Tina - rezongó Frank con los ojos acuosos - La están atendiendo, sufrió un ataque de asma. Nadie me informa nada, Muna.
-Debe tranquilizarse - le tomó la mano.
-Necesito que me informes el parte, que me digas como está. Nadie me dice qué le sucedió a mi niña...-derramó dos lágrimas, alterado.- Debes hacer recapacitar a los médicos para que me digan la verdad...
-Frank, escuche. Recién llego y no hablé con nadie que la haya atendido. -informó Muna con paciencia - La única manera de que ayude a su nieta es calmandose. Usted lo sabe.
-No soportaría que me dejara...- Lloró como un niño, a Muna se le partió el corazón - Mi niña...es mi vida. Me duele el pecho. Júrame que me dirás la verdad, tú no puedes traicionarme - dijo dramáticamente- Dime si sobrevivirá o...
-Averiguaré el parte y le diré la verdad.- prometió Muna - Pero usted intente reponerse....en este estado no va a poder ayudarla, se lo ruego. Hágalo por ella.
Muna le alcanzó un vaso de agua y una pastilla. Milton la miró con gratitud
-Gracias por venir, Muna. No sabíamos como calmarlo, es evidente que confía mucho en ti.
Ella le devolvió el gesto y salió del despacho. En el camino, se encontró con David Tanner y Alan Dawson. El primero parecía alterado, Muna nunca lo había visto así.
-¿Ustedes la trajeron al hospital? - fue lo primero que preguntó.
-Fue mi culpa - confesó Alan, con remordimiento.- No sabía que era asmática y le ofrecí hierba.
-¿Justina aceptó fumar? - dijo anonadada.
-Es un desastre - terció David- También fumó tabaco en una ocasión. Esta vez olvidó el inhalador.
ESTÁS LEYENDO
El cielo es el límite
Genç KurguSam vivía al día sin pensar en el futuro, Muna intentaba superar un desengaño amoroso sin perder la ilusión. El desenfreno y la ingenuidad, el egoísmo y la ternura, chocan contra un límite que los separa, pero también los une. Nathalie es estudiante...