24. Identidad

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El cielo es el límite - Capítulo 24 - Identidad

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El cielo es el límite - Capítulo 24 - Identidad

Muna utilizó todas sus fuerzas para liberarse pero no por mucho tiempo. Oyó las puertas del ascensor abrirse, y un forcejeo, luego el agresor la soltó automáticamente.. Cuando se giró, vio a un tipo atado, y por detrás, Brian O'Connell, con una expresión atemorizante.

-Señorita Burton, ¿Se encuentra bien?

-Sí, yo...-observó con más atención la cara del tipo que la había amarrado y pegó un grito, tapándose la boca.- ¡Ethan! - Él forcejeaba para soltarse, no podía hablar, tenía una cinta en la boca.- Suéltalo.

-¡De ninguna manera! Intentó atacarte, Muna.

-¡Es mi amigo, yo lo conozco!- Muna se arrodilló y le apartó las cuerdas de la boca.-Ethan...

-¡Lo... lo..lo siento, Muna... era...era una broma! - exclamó aterrado- ¡Suéltame, por favor, no quise asustarte, te juro que soy yo!

-¡Menos mal que quisiste asustarme! - se soliviantó- La próxima me matas de un infarto, hombre.

-No te acerques, Muna, ¡es un acosador! - decía O'Connell. desconfiado.

-Por supuesto que no lo es...libéralo,ahora mismo, Brian -él hizo lo propio a regañadientes. Ethan se puso de pie, sujetándose las muñecas.

-Lo siento, Ethan.- se disculpó Muna.

-Está bien, creo que fui imprudente...-dijo jadeando - ¿Por qué hay tanta seguridad?

-¿Me lo preguntas? Atacaron Harrods, asesinaron cinco mil personas.

-¿Y eso qué tiene que ver contigo? Me extraña que tengas guardaespaldas.- miró con bronca a O'Connell.

-Es una larga historia...-contestó Muna - ¿qué haces aquí en Londres?

-Vine por trabajo...y quise darte una sorpresa.

-Créeme que me la diste - dijo, frotándose el pecho.

-Lo siento, debí abordarte de otra manera.

-Ven, pasa...- O'Connell carraspeó -Brian, deja la paranoia, es Ethan McAllister, un... amigo.

-Estaré afuera...cualquier cosa, no dude en llamarme - lanzó una última mirada de desconfianza, y se subió al ascensor, muy serio.

Muna y Ethan ingresaron al departamento. Al oirlos, Cielo comenzó a ladrar, desesperado.

-Lo siento cariño, te dejé solo mucho tiempo - lo alzó y el perrito empezó a lamer su rostro - Fue un caso de fuerza mayor, ¿me perdonas? - Ethan sonrió, enternecido.

-¡Hola Cielito lindo! - lo tomó en sus brazos- Has crecido, eh.

Muna se quitó el abrigo, le sirvió a su mascota comida balanceada, y llenó el cuenco de agua.

El cielo es el límiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora