Liliana caminaba por los pasillos con cuidado, tenía ganas de ver a ese tal chico del que se le habló de parte del sombrero seleccionador, los elfos y algunos profesores.
Vio pasar a los fantasmas de Hogwarts y los saludó de manera disimulada, y ellos, por costumbre lo intentaban hacerlo de la misma manera, aunque no lo hacían con éxito alguno, después de todo, con ese colorido y distintivo color plateado, llamaban la atención a cualquiera, al igual que sus acciones.
Miro con cuidado al grupo de jóvenes que estaban esperando en las escaleras totalmente angustiados, parecían preocupados, una niña hablaba sola sobre varios hechizos que se sabía de memoria, luego sus ojos se centraron en un niño con una rana en sus manos, después sus ojos se centraron en Draco por unos segundos, puso sus ojos en blanco y rodeo los ojos.
Luego, siguió observando, hasta que se fijó en un chico con el cabello naranjo y a su lado estaba un chico con unas gafas rotas, se intentó acercar, pero dio un salto cuando escuchó un grito de parte del resto del grupo de alumnos de primer año.
— ¿Por qué les tienen miedo? — se preguntó a sí misma en voz baja. — Los fantasmas son muy geniales.
Escuchó la voz de la profesora McGonagall exigiendo que la siguieran y río al ver cómo los niños corrían y otros flaqueaban detrás de ella para entrar al Gran Comedor. Corrió hacia el pasadizo que la llevaría a ese lugar y miró con cuidado por un agujero que ella misma creó, estaba arriba de la puerta del Gran comedor, y allí, podía ver todas las mesas de las casas de Hogwarts.
Sintió un escalofrío agradable de ser observada, encontrándose así con los ojos de Dumbledore, él asintió con una suave sonrisa y siguió hablando como si nada pasara con la profesora Sinistra, la niña se río, siempre le permitía ir donde ella quería, pero claro, no la dejaba sola cuando iba al bosque prohibido solo para hablar con los centauros, unos grandes amigos que hizo a lo largo de su vida a pesar de que sean muy orgullosos con todo el mundo.
Luego de que los niños llegaran y caminaran entre las mesas de Hufflepuff y de Ravenclaw se ganaron al frente de mesa de los profesores, los hechizos que protegía al sombrero seleccionador desaparecieron en seguida comenzó a cantar.
— Oh, podrás pensar que no soy bonito,
Pero no juzgues por lo que ves.
Me comeré a mí mismo si puedes encontrar
Un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros,
Sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts
Y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza
Que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré
Dónde debes estar.Puedes pertenecer a Gryffindor,
Donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad
Ponen aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuff,
Donde son justos y leales.Esos perseverantes Hufflepuff
De verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
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La Guardiana De La Piedra Filosofal (1)
FanfictionDespues de la muerte de sus padres y de la caida del Señor Tenebroso, fueron separados y ningunos de los dos se recuerda. Harry Potter queda sin su sombra por más de diez años y al llegar a Hogwarts se vuelven a encontrar; pero aún así, no se recon...