Antídoto.

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Dentro de la casa de Hagrid, que abundaba un calor casi agobiante, Hagrid mantenía un semblante preocupado, asustado y casi pálido, caminaba de un lado a otro de manera rápida y pesada a la vez.

Murmuraba muchas cosas y se regañaba a sí mismo, no sabía que hacer, Liliana lo observaba, esperando que se calmara y lograra articular todo lo que quería decir para entender y poder ayudarle. Le había citado temprano en la mañana de manera urgente.

— ¿Por qué no tomas un poco de agua? —  hablo Liliana. — Eso podría ayudarte a calmar tus nervios.

— ¿Beber? ¿Beber? No, no, — negó sin detenerse. — Estoy bien solo debo... tengo que...

Un suspiro profundo sacó el semi gigante, y le mostró lo que llevaba en los bolsillos.

— ¿¡E-es un huevo de dragón!? — susurró, sentía que en cualquier segundo sus ojos saldrían de su rostro. — ¡Hagrid! Sabes que no podemos tener dragones, nos meteremos en problemas y también que está prohibido. — Le regaño. — Te entiendo y yo también desearía tener un dragón de mascota, pero no podemos tener uno en Hogwarts, el Ministerio podrá quitártelo y dejarlo quien sabe dónde.

— Pero tú tienes a Vihmakir. — murmuró. — y está prohibido criarlos como mascotas.

— Si, pero tú tienes a Fang, una manada de Thestrals, a Argot y sus pequeñas arañas gigantes... — enumero con los dedos e hizo una pausa. — ¿Y cómo conseguiste el dinero para obtenerlo? ¿Quién... quien rayos te lo dio?

— Bueno... — se rasco la nuca. — No fue exactamente dinero.

— ¿Un favor? o.... — hizo una pausa. — Hagrid. No diste información acerca del colegio ¿O sí? — le miro seria y a la vez preocupada. — ¡Hagrid!

— Me... pregunto sobre Fluffy.

— ¿Qué? — puso sus manos sobre la mesa sorprendida. — ¿Cómo sabe de Fluffy? ¿Qué le dijiste? ¿Por qué sabía que te interesan los dragones? ¿Viste su cara o algo? — Hagrid se quedó callado, Liliana suspiro, supo que no podía decir todo a la vez. — Vale, vale, comencemos de nuevo. — Hagrid se sentó. — ¿Cómo sucedió?

— Estaba en la Cabeza de puerco, allí lo conocí traía una capa que le cubría la cabeza y el rostro. — comenzó a hablar

— Aja... — lo escuchó atentamente esperando que continuara

— Luego me pareció un buen tipo, le gustaban los animales y no creo que sea un mago malvado si ama cualquier tipo de animales tanto mágicas como de muggles.

— Hagrid también hay magos malvados que le gustan los animales, sabes.... — murmuró, pero Hagrid pareció no escucharla y continuó.

— Me pregunto si me gustaban los dragones desde que era niño por lo que le dije que sí y me dijo que podía ganarle si ganaba en un juego de cartas, luego le hable de mi cachorrito tan lindo e inocente que no dañaría a ni una mosca como lo era Fluffy, y me pregunto que era, yo le respondí que...

Liliana miró fijamente a Hagrid como si fuera un desconocido mientras seguía hablando, sabía que Hagrid era demasiado amable y blando con las personas pero que le diga a un desconocido que no sabía cómo era, la debilidad de Fluffy era demasiado para él.

¡Y más con lo que está protegiendo en estos instantes!

— ... Y según Newt Scamander, dijo que todas las personas que aman y cuidan los animales son buenas.

— ¿Sabía algo de la piedra? — pregunto un tanto seria.

— No, cuando le pregunté dijo que no sabía nada. — negó rotundamente.

La Guardiana De La Piedra Filosofal (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora