El león, la bruja y el ropero [cap.9]

947 60 3
                                    


He de imaginar que ustedes recuerdan un comentario que hice, -teóricamente- hace un corto lapso de tiempo, y si no lo recuerdan, porque tienen una mala memoria, o no prestan la suficiente atención a esta historia, de lo cual no les culparía, se los dejaré aquí:

"Nada bueno Edmundnada bueno" y "nada bueno has hecho, pero creo  febrilmente que te reivindicaras, eres solo un niño a fin de cuentas" El pequeño pelinegro, se preguntó a si mismo ¿Qué había hecho? A lo que yo le respondí, aún sabiendo que probablemente me ganaría el odio de algunos de ustedes y que obviamente el niño no me escucharía. Pero he de decir que no era toda mi respuesta a la pregunta del pecoso, solo que si respondía me adelantaría sucesos, y a nadie le gusta eso. Pero ahora puedo responder todo, con la esperanza de hacer que dejen de odiarme.

"Nada bueno has hecho, pero creo febrilmente que te reivindicaras, eres solo un niño a fin de cuentas. Pero eres uno de esos pocos niños, que tienen el valor y el coraje de disculparse, aceptando cada uno de sus errores y ayudando a remediarlos."  Y eso es lo que se encontraba haciendo Edmund mientras hablaba con Aslan.

El pelinegro se acercó a sus hermanos y amiga, se quedaron viéndolo por un corto rato, en el que él solo tenía la cabeza baja. Lucy fue la primera en abrazarlo, seguido de Susan; cuando se separaron, Jane corrió hacia él y lo abrazó también.

—Eres un tonto.—lo abrazó más. El niño le regresó el abrazo, algo confundido, pero se lo regresó.— No vuelvas a hacer eso.— ¿de dónde habría salido todo eso? Se preguntarán, pues Jane, pues ella no pudo no sentir empatía hacia los Pevensie. Al estar Edmund en peligro no pudo evitar pensar que su propio hermano estaría en peligro ahora mismo también. Por eso simpatizaba con ellos.

—¿Cómo te sientes?—le preguntó Susan después de que los niños se separaran

—Un poco cansado

—Ve a dormir.—le dice Peter. Edmund le queda viendo unos segundos a su hermano mayor, para después obedecer e ir a descansar—y Edmund, —le llamó. El mencionado volteo a verlo—ya no te alejes.—le pidió con una sonrisa que fue regresada por el menor


(...)

Se encontraban comiendo y Edmund lo hacía como si no hubiera un mañana; Jane estaba sentada a lado de Susan, le servía algo de agua al muchacho

—Deja algo de comida a Narnia—bromeó Lucy y su hermano le dedico una sonrisa. Jane le pasó el vaso con agua a Lucy y esta, a su vez, se lo pasó a Edmund

—Debes beber algo, o si no a este paso te ahogaras.—le dijo Jane con una sonrisa para luego voltearse y seguir comiendo su tostada 

—Gracias.

—Les van a dar algo para el viaje de regreso.—se escuchó por detrás la voz de Peter

—¿Regresamos?—preguntaron Susan y Jane al mismo tiempo

—Ustedes sí.— se acercó a ellos—les prometí que los mantendría a salvo, pero, lo mejor será que me quede aquí un tiempo.

—Pero nos necesitan..—le dice la mas chica de sus hermanos—A los cinco Peter.

—Es demasiado peligroso. Te ibas a ahogar y Edmund casi muere, Lucy.

—Por eso debemos quedarnos.—le confronta Edmund—he visto lo que la bruja ha hecho,  además, yo la ayude. No quiero que por mi culpa sufran los demás.—se quedaron un momento en silencio hasta que Su se levantó

La profecía: Las Crónicas De Narnia [Edmund Pevensie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora