El príncipe Caspian [cap.2]

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Decir que despertar el un lugar desconocido y con una venda en la cabeza es muy extraño, mas Caspian, es la prueba viviente de ello

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Decir que despertar el un lugar desconocido y con una venda en la cabeza es muy extraño, mas Caspian, es la prueba viviente de ello.

El muchacho abrió los ojos lentamente, y mientras hacía eso podía escuchar como se golpeaban algunos utensilios de cocina. Aún mas confundido que cuando despertó, se levantó de donde estaba recostado.

—¡Este pan esta rancio!— exclamó una voz 

—Entonces le daré sopa— responde otra voz —no tardará en despertar..

—Sí, no lo golpee con la suficiente fuerza

—Nicabic, es solo un muchacho.—le dijo

—¡Es un telmarino! No un cachorrito perdido 

A todo esto Caspian se encontraba escuchando atentamente la conversación 

—Dijiste que te desharías de él. — le reprochó el uno al otro

—No, te dije que me encargaría de él.— le corrige— No puedo matarlo ahora. Le vende la cabeza.. ¡sería como matar a un invitado!

—¿Y cómo crees que sus amigos tratan a los suyos?

—Trumpkin conocía todos los riesgos. No es culpa de el muchacho.

Dicho esto, Caspian salió de detrás de una pared y saltó asustando a el enano y a el tejón, quien llevaba un plato con sopa. El enano, Nicabic, sacó su espada y el muchacho tomó una herramienta de la chimenea para apuntarlo también, chocaron sus "armas".

—Te dije que nos deshiciéramos de el antes de que fuera demasiado tarde—Le decía Nicabic al tejón 

—¡Ya te dije porque no lo hice!—le responde

—Si van a votar; apoyo a tu amigo—les dijo el castaño mientras apuntaba con su cabeza a el tejón 

—Nos ha descubierto. ¡No hay que dejarlo ir!— y dicho esto terminó tumbando a Caspian al suelo 

—¡Dije que no Nicabic! O me vuelvo a sentar en tu cabeza ¿eso quieres? ─le amenazó—¡y tu!- le habló a el muchacho—mira lo que me hiciste hacer. Pase toda la mañana cocinándola—le sermoneó refiriéndose a la sopa

—¿Qu-qué eres?—le preguntó el único humano en esa habitación

—Sabes..—el tejón río sin gracia— es gracioso que preguntes, supongo que no reconoces a un tejón cuando lo ves.

—No, la verdad.—dijo mirando hacia donde el tejón recogía algunas cosas—Son Narnianos— volteó a ver a Nicabic—Están extintos..

—Siento decirte que no.—dicho esto se fue a sentar 

—Aquí tienes, —le dijo el tejón mientras dejaba en la mesa un plato con sopa— está caliente. 

—¿Desde cuando albergamos soldados telmarinos en este lugar?—le preguntó con molestia Nicabic al tejón 

La profecía: Las Crónicas De Narnia [Edmund Pevensie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora