POV IAN
Todavía no sé cómo lo han conseguido, pero llevo menos de 48 horas en esta ciudad y mis amigos ya me han liado para salir de juerga. Se supone que he venido hasta aquí para poder decidir si al final acepto o no el puesto que me han ofrecido. Se trata de una oportunidad muy importante y debería estar estudiando la oferta, valorando los pros y, sobre todo, los contras y en cambio mírame, aquí voy camino de un garito que, según me cuentan, es bastante popular y exclusivo.
Bueno, no creo que pase nada porque salga a divertirme por una noche, ya tendré tiempo de pensar todo con calma, aún tengo un mes para decidirme. Además, si al final acepto ésta será a partir de entonces la ciudad donde viva y no está demás ir conociendo el ambiente que se maneja por aquí.Al fin llegamos a la discoteca; hay bastante cola en la puerta pero mis amigos tuvieron la excelente idea de reservar con antelación por lo que pudimos saltarnos la fila y pasar sin esperas. El sitio de llama Lux y, aunque no es el ambiente en el que suelo moverme, no está del todo mal; la música es buena y al menos no está lleno de los típicos niñatos con aires de cantante de reguetón que suelen atestar las discotecas. La lista en la que estábamos apuntados incluía un reservado en la zona VIP del local y un par de botellas. El sitio que nos corresponde está bastante bien, está en una zona lo suficientemente alejada del bullicio para estar tranquilos aunque bien situado de forma que desde los sofás que tenía podías ver casi todo el local.
De momento, lo único que no me gusta es que en otro de los reservados cercano había un grupo de tíos bastante perjudicados ya, a pesar de ser aún temprano, que no paraban de armar jaleo y soltar borderías a las camareras que se acercaban a servirles. Espero que se vayan pronto y así dejen de incordiar.
Llevamos ya un rato aquí pero hasta ahora no me había fijado que la pista de baile tenía una especie de tarima más alta en la que había una chica bailando, supongo que será la gogó de la discoteca. Aunque estamos algo apartados y entre tantas luces y humo no se distingue con claridad puedo ver que la chica en cuestión no está para nada mal y además se mueve al ritmo de la música de una forma muy sensual, yo diría que casi provocativa. La verdad es que no es de extrañar que toda la zona de la pista que la rodea esté llena de tíos buscando, con bastante poco éxito por cierto, llamar su atención.
Pues mira que bien, al menos mientras éstos beben como cosacos tendré buenas vistas para entretenerme.
Los borrachos del reservado parece que se levantan. Tenía esperanzas de que al fin se largaran pero no, solo se han movido para ir a la pista y ¡cómo no! se las han apañado para colocarse justo debajo de la tarima.
Llevan ya un rato allí molestando aunque la chica parece estar llevándolo bastante bien teniendo en cuenta lo soeces que son y lo borrachos que van. La pobre hasta se ha bajado un rato, supongo que querría descansar un poco de aquel acoso al que la estaban sometiendo y esperaría que quitándose de enmedio se acabarían por aburrir y largarse. Pero no hubo suerte y en cuanto subió a su plataforma volvieron a la carga. La verdad es que si yo estuviera en su lugar hacía rato que hubiera avisado a seguridad para que los echaran pero supongo que ella ya estará acostumbrada a tratar con gente así.Hace ya rato que no presto atención a mis amigos, la chica de la tarima me tiene embobado y no puedo apartar la vista de ella, no sé si será su forma de bailar o qué pero me tiene como hipnotizado. Mientras la observo puedo ver a uno de esos imbéciles subirse a la tarima e intentar agarrar a la chica que, a duras penas, logra mantener al tipo alejado.
Pero bueno ¿dónde está la seguridad de este sitio? ¿Es que nadie va a hacer nada?
De pronto el tío se acerca más a ella y trata de besarla. Esto ya es demasiado, tengo que hacer algo. Con una velocidad que hasta a mí me sorprende, recorrí los metros que me separaban de la pista tratando de esquivar a la gente y llegué justo a tiempo de apartar a aquel gilipollas. Del empujón, la sorpresa por mi intervención y la borrachera que llevaba el tío perdió el equilibrio y fue a parar al suelo; cuando consiguió levantarse hizo el intento de venir a golpearme pero en ese instante aparecieron dos tíos de seguridad y lo frenaron. ¡A buenas horas aparecen! Si es por ellos éste se come a la bailarina.
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Déjame volar [+18] ©
RomanceLa vida de Chiara por fin parecía ser la que había imaginado. Había salido de una relación asfixiante, tenía trabajo, había dejado al fin la casa de sus padres, tenía a su mejor amiga y todos los hombres que quisiera. Nada podía salir mal. Entonces...