CAPÍTULO 15

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POV RAÚL

Sabía que aquello no era buena idea. Desde el primer momento que mis amigos dijeron de ir a aquella discoteca tuve la sensación de que no tenía que estar allí, pero llevaba demasiado tiempo dándoles largas y poniendo excusas para no salir. Ellos saben que no me siento muy cómodo en esos ambientes, que nunca ha sido lo mío ir a discotecas pero están empeñados en que debo divertirme así que, cuando se me agotaron las excusas, no tuve más remedio que aceptar.

Llegamos al local temprano pero aún así ya estaba abarrotado de gente, menos mal que estos han cogido un reservado y podremos estar más cómodos. Nada más sentarme y mirar a mi alrededor la vi.

Al principio no estaba seguro, parecía tan distinta... estaba más guapa que nunca y desprendía una sensualidad que hasta entonces jamás vi en ella. Pero fue cuando se volvió hacia donde yo estaba y la vi sonreír cuando tuve la certeza de que era ella: era mi Chiara. Pero ¿qué hace ahí arriba? ¿Acaso es la gogó del local? No entendía nada.

La Chiara que recordaba jamás hubiera hecho eso, era demasiado tímida y le gustaba pasar desapercibida, definitivamente no se hubiera subido a una plataforma a bailar delante de tanta gente.

Sin embargo, ahí está ahora, no cabe duda de que es ella. Su cuerpo se mueve al compás de la música y es algo hermoso, sensual, casi hipnótico y por lo que veo no soy el único que lo piensa dado la cantidad de tíos que se agolpan bajo su plataforma sin quitarle la vista de encima.

Reconozco que verla allí me jodió la noche y me cabreó más de lo que quiero admitir pero es que no puedo entenderlo ¿de verdad renunció a lo que teníamos para "eso"? Hace más de dos años que Chiara puso punto y final a lo nuestro; me dijo que me quería mucho pero que la estaba ahogando, que había dejado atrás sus sueños, que estando conmigo se había perdido a sí misma y que si seguíamos juntos acabaría odiándome por haberla hecho renunciar a su libertad. Me pidió tiempo, tiempo para ver qué quería hacer, tiempo para reencontrarse; y me dijo que mientras podíamos ser amigos... Como si yo pudiera verla solo como una amiga.

Y después de tanto tiempo sin verla me la encuentro allí arriba. ¿Eso era lo que buscaba? ¿Ahí se había reencontrado a ella misma? Y me cegó la rabia; empecé a beber sin control, una copa tras otra, y a medida que el alcohol corría por mi sangre más furioso me sentía, más ganas tenía de bajarla de allí y gritarle que era una mentirosa, que no buscaba nada, que solo quería deshacerse de mí, que todo lo que me dijo aquel último día no eran más que excusas para irse de mi lado y lanzarse a los brazos de otros.

En algún momento de la noche Chiara desapareció de la plataforma y le perdí la pista, no fue hasta pasado un buen rato que la volví a ver. Estaba en un reservado cercano al nuestro con un grupo de cuatro o cinco personas... todos tíos. Para entonces mi estado había empeorado bastante y el alcohol tomó el control de mis actos.
Cuando la vi salir a la pista seguida de aquellos hombres, bailando con unos y otros, coqueteando con ellos descaradamente, agarrada de uno u otro sin importar lo que la gente pudiera pensar de ella, estallé.

La rabia nubló mi razón, no era yo el que habló, fueron la envidia y los celos. No recuerdo del todo bien lo que pasó, la resaca no es buena almacenando recuerdos, pero sí sé que le dije cosas terribles. Aún puedo ver como su mirada pasaba de la sorpresa a la furia y de ahí, lo peor, a la decepción; después recuerdo que apareció un tipo y se la llevó de allí.

"Chiara, mi pequeña Chiara... Lo siento tanto... No debí decir todas esas cosas, lo sé, pero me podían los celos. Sé que no tengo derecho, sé que te perdí hace tiempo pero no soporto la idea de verte en otros brazos."

Esto ha sido una señal. Tengo que volver a verla, tengo que hablar con ella y pedirle perdón, tengo que conseguir que me deje entrar otra vez en su vida.

Parece que la suerte se ha puesto de mi parte esta vez. Esta mañana mientras iba hacia el hospital pasé por la heladería del centro, esa que tanto le gustaba a Chiara, y en la puerta tenían un cartel anunciando para mañana la apertura de la nueva temporada. Chiara puede haber cambiado mucho pero estoy convencido de que no renunciará a su tradición de comerse el primer helado del año el mismo día de la apertura así que es mi oportunidad de encontrarme con ella "casualmente".

Después de lo sucedido en el Lux, estaba seguro de que Chiara no tendrá ninguna intención de hablar conmigo de manera voluntaria por lo que tengo que ser cauto y llevar muy bien preparado todo lo que quiero decirle. Quiero dejarle claro que siento mucho todo lo que pasó pero, sobre todo, estoy tratando de conseguir que me dé una oportunidad de volver a su vida aunque solo sea como amigos. Con un poco de suerte, si me acepta y puedo volver a estar cerca suya, ella acabará recordando lo bien que estábamos juntos y podré recuperarla.

Reuní todo el valor que pude y me dirigí a Carrer Comtal, el lugar donde se encuentra Oggi Gelato. No sabía a qué hora aparecería, ni siquiera estoy seguro de que vaya a venir, pero no puedo arriesgarme y me planto allí casi media hora antes de la apertura para buscar un lugar desde el que pueda ver tanto la terraza como la puerta del local, si Chiara viene lo sabré al momento.

Una hora más tarde la vi aparecer. La verdad es que fue un alivio ver que venía con su amiga de la Universidad, por un momento temí que fuera a venir con el tipo de la otra noche. Había llegado el momento de actuar, había llegado la hora de jugármelo todo a una sola carta para conseguir que Chiara, mi pequeña Chiara, me perdonara.

Tardé uno minutos en armarme de valor y acercarme a su mesa; enseguida Sandra se puso a la defensiva intentado evitar que Chiara hable conmigo pero ella, tan conciliadora como siempre, le para los pies y me invita a sentarme con ellas.

No es que sea el mejor escenario para decirle todo lo que necesito, sé que Sandra intentará dejarme en mal lugar pero de nuevo la suerte se alía conmigo y la chica decide quitarse de enmedio con la excusa de hacer una llamada. Es mi oportunidad.

Le suelto todo lo que llevo preparado de carrerilla, para no darle la oportunidad de que me interrumpa. Cuando acabo la observo para ver su reacción. Nada. Se mantiene fría y distante y eso me parte en dos. Me había preparado para afrontar cualquier reacción, desde la rabia hasta la burla, pero para lo que no me había preparado era para su indiferencia.

Ella solo se quedó ahí, fría y distante, mientras yo le confesaba lo mucho que aún me importa y le pido la oportunidad de ser, al menos,amigos. Soy consciente de que he entrado en un callejón sin salida pero antes de marcharme decido quemar un último cartucho e invitarla al concierto de uno de sus grupos favoritos. Sin confirmación alguna por su parte, me retiro con la esperanza de que aún quede algo de mi dulce Chiara bajo esa capa de hielo.

¡Sorpresa!

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¡Sorpresa!

Hoy os dejo por aquí un capítulo cortito pero contado esta vez por Raúl. Parece que está decidido a volver a la vida de Chiara pero ¿con qué intenciones?
¿Qué creéis que hará Chiara? ¿Le dará otra oportunidad? ¿Se la darías tú?

Como siempre, me encantará leer vuestras ideas y comentarios aquí o en mi Instagram, @rok8400.

Espero que os guste y gracias por leerme ¡se os quiere! 🌒

Déjame volar [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora