CAPÍTULO 19

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      Han pasado un par de semanas desde la llegada de Ian a la empresa pero, por suerte para Chiara, en este tiempo no ha vuelto a aparecer por la oficina y tampoco ha sabido nada de él fuera del trabajo; al parecer Sandra tenía razón y, al igual que el resto de los jefazos, Ian tampoco se prodigará demasiado por el edificio. Aunque también es posible que esté intentando hacerle el conocido "ghosting" al enterarse de que es una de sus empleadas; ella tampoco tiene ningún interés en complicarse la vida en las semanas que le quedan de curro así que prefiere que la cosa siga como hasta ahora y cada uno a lo suyo.

     «Sí, será mejor así» Intenta autoconvencerse la joven periodista. Aunque no va a negar que Ian le atrae, y mucho, su vida ya es lo suficientemente entretenida como para añadirle voluntariamente nuevos problemas.

     En la oficina parece que también se ha pasado ya el efecto novedad; eso, sumado al aumento importante de trabajo que hay estas semanas en el departamento que le están dando la oportunidad de involucrarse más y aplicar sus conocimientos periodísticos, han hecho que Chiara esté especialmente risueña y relajada.
 
     Sandra también ha notado ese cambio en su amiga, a la que últimamente había visto demasiado apagada, y está encantada de verla así aunque había tenido mucho cuidado en no mencionar a Ian en ningún momento porque conoce demasiado bien a la morena y sabe que le ha costado gestionar el hecho de saber que era su nuevo jefe. Pero ahora ya está mucho más motivada y prueba de ello han sido los dos últimos fines de semana que las dos amigas han pasado de fiesta en fiesta, incluso Chiara ha tenido un más que tórrido encuentro con un guapo guiri, cliente habitual del Lux.

     Las vacaciones de verano están a la vuelta de la esquina y las chicas empiezan a hacer sus planes. Sandra está deseando salir de España y Malta o Mikonos son sus destinos preferidos pero Chiara no lo ve demasiado claro. A ella también le encantaría pegarse unas buenas vacaciones en algún remoto lugar del Mediterráneo pero la incertidumbre laboral derivada de su próximo fin de contrato le hace ser más prudente y pensar en destinos menos ostentosos. Sabe que en el más que probable caso de que no la renueven en el bufete va a necesitar tirar de sus ahorros en lo que encuentra otra cosa.

     Su propuesta vacacional pasa por el turismo nacional y las islas se le antojan como la mejor opción porque, si algo tienen claro, es que en verano, sea donde sea que pasen las vacaciones, es condición indispensable que haya playa. Como ya han hecho varias escapadas a Ibiza y otros lugares de las Baleares, en esta ocasión deciden decantarse por las Islas Canarias así que esta misma semana empezarían a mirar vuelos, hoteles y demás.

     Otra cosa que también está cada vez más cerca es la fecha del concierto al que Raúl le invitó. Todavía no le ha dado una respuesta pero, a decir verdad, está bastante tentada a decirle que sí ya que es uno de sus grupos favoritos y, por otra parte, ¿qué tan malo podía ser compartir un par de horas de concierto con un viejo amigo?
    
     «Ya, pero resulta que Raúl no es un viejo amigo, es tu ex novio el controlador ¿recuerdas?»

     Desde el día de la cafetería habían hablado por teléfono varias veces, incluso han quedado a tomar café en un par de ocasiones, pero eso es algo que no le ha contado a Sandra. No es que tenga intención de ocultarle cosas a su amiga y tampoco es que haya mucho que contar pero sabe exactamente lo que la rubia le diría si se entera. Raúl no es precisamente su persona favorita en el mundo (sentimiento recíproco, por cierto) por obvias razones: Sandra estuvo a su lado en los peores momentos de su relación y sabía lo duro que había sido para ella tomar la decisión de terminar y lo mal que lo pasó los siguientes meses y es lógico que no se fíe de él ahora que de repente reapareció en su vida.
    
     Pero, por otro lado, tampoco es que esté pensando volver con él ni nada parecido, solo están retomando el contacto y volviendo a ser, si no amigos, al menos personas que se llevan bien. En este tiempo separados Raúl parece haber cambiado bastante, seguía viéndose tan formal y centrado como de costumbre pero ahora está como más relajado, incluso sale por ahí de fiesta (cosa impensable hace unos años) y las pocas veces que ha hablado con él desde su reencuentro ya se ha interesado más por ella y sus planes que en todos los años que pasaron como pareja.

Déjame volar [+18] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora