Capítulo 10

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  Los chasquidos se hicieron más fuertes en el silencio de las cuatro paredes. Sus pechos rozaban entre sí cada vez que sus bocas se juntaban en un beso más caliente que el anterior. Ahora ambas manos apretaban éstos, pero lo que en realidad necesitaban de atención eran sus duros y erectos pezones. Sus lenguas dejaron de jugar entre sí en cuanto Taehyung se alejó de ella y fue vagando sus húmedos e hinchados labios por su mandíbula hasta llegar a su clavícula. Le dio una leve mordida y cuando bajó unos centímetros más, sus labios rozaron contra su botón. Isabella se removió sobre sus piernas y Taehyung suspiró.

—Que divina. —susurró él, pero de todas formas la morocha logró escucharlo.

  Sin esperar más se apoderó de él, metiéndolo a su boca y comenzando a pasar su lengua de arriba a abajo. Rodeó su cintura con ambos brazos y la acercó más a su rostro mientras se deleitaba con los gemidos que Isabella soltaba. Se alejó y fue en busca del otro, haciendo la misma acción que el anterior, jugando con él a su propia manera. Cuando la morocha se agarró de su cuello y movió sus caderas sobre su bulto erecto no pudo evitar soltar un gemido ahogado.

—Mierda.

  Y como si hubiera descubierto su debilidad, Isabella comenzó a moverse más seguido y con más profundidad, llegando a traspasar sus flujos de su ropa interior, manchando el pantalón de Taehyung. Sus brazos dejaron de rodearla para poder tomarla de las caderas, en un intento de pararla, pero fue imposible, por lo que se vio obligado a hundir su rostro en el hueco de su cuello.

—Quédate quieta, nena. —murmuró con dificultad, pero el tono ronco solo la había prendido más.

  La respiración agitada del asiático en su cuello, intentando callar sus propios quejidos, y sus dedos haciendo presión contra su piel descubierta, solo provocaban que las hormonas de Isa se pusieran al tope. Se mordió el labio inferior, centrando su mente únicamente en la respiración de Taehyung y el bulto que rozaba cada vez con más intensidad en su vagina. Y se dio cuenta que, por primera vez en toda su vida, nunca había deseado tanto tener sexo como en ese momento.

—Isabella. —gimió Taehyung apretando con más fuerza sus caderas.

  Subió una de sus manos y pasó de largo sus pechos para poder enrollarla en su cuello, sin llegar a ejercer fuerza demás. Ella prosiguió con sus movimientos sin importarle que él le estuviera pidiendo que frenara. Taehyung sacó su cabeza de su cuello y la miró a los ojos, pero ella los tenía cerrados del placer. Luego miró su boca, levemente abierta, y de pronto, su pequeña lengua salió por escasos segundos. Con su otra mano la tomó del trasero y acto seguido le pegó una nalgada, escuchándose el golpe en seco y el grito de placer que Isa había soltado.

—Te dije que te quedes quieta.

  Isabella abrió sus ojos y mirándolo por primera vez en su vida con un deseo incontrolable alzó sus cejas de forma retadora.

—¿Si no quiero?

  Taehyung la fulminó con la mirada, aguantándose la mueca de placer por la forma en que sus flujos comenzaban a llegar a su pene. Aún sujetándola del cuello la acercó a su rostro hasta el punto en que al hablar sus labios rozaran.

—Te deseo, Isabella, pero no quiero presionarte.

  Isabella continuó con su tarea, sin importarle lo que acababa de decir él, pues dicha intención no iba a ser rechazada por nada en el mundo. Si él quería joderla, que lo hiciera, nadie lo detenía.

—Estás avisada, nena. Te lo advierto.

  Pero por supuesto, no quería que su madre se enterara, de absolutamente nada ni nadie. Soltando un insulto en voz baja se soltó del cuello de él y se acomodó para poder tomar pie, pero la mano del asiático aún en su cuello se lo impidió casi al instante.

𝒯𝑒𝒹𝒹𝓎 𝒷𝑒𝒶𝓇  | 𝐊. 𝐓𝐇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora