Capítulo 11

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 —Ey, hola —saludó de la manera más alegre posible. —. Voy bien, ¿Tú?

  Erick le dio una sonrisa y luego señaló el interior de la casa con su mentón.

—Bien, solo despejando un poco la cabeza de la escuela.

  Isa asintió con su cabeza, también mirando al frente, meciendo sus pies de adelante hacia atrás aprovechando que éstos no llegaban al suelo. Soltó un suspiro sintiendo el pequeño silencio incómodo que se había formado entre ambos, por lo que comenzando a mirar a otro lado fingió distraerse con una hormiga que caminaba por el apoya brazos.

—Oye, por cierto —volvió a hablar él. —, ¿Cómo están tus padres?

  Presentía que había hecho la pregunta para evitar el momento incómodo, aún así, apreció que al menos se preocupara un poco de cómo iba su vida actualmente.

—Están bien, siguen igual que la última vez que los viste, supongo. —se alzó de hombros, volviendo a mirar al frente. Sus ojos ahora puestos en la figura masculina que se acercaba a ellos, quien al parecer ninguno de los presentes a su alrededor estaba interesado en mirarle. Cuando logró reconocer su rostro, el corazón se le paró del susto, sin medir sus acciones y tomando pie de forma brusca.

  Mierda, mierda, mierda y más mierda.

  Cuando le insultó en voz baja, y le miró a los ojos de manera fastidiosa, Taehyung yacía a unos pasos de ellos, con sus brazos cruzados y una expresión un tanto seria para lo que realmente aparentaba en el día a día.
  Isabella quiso meterle un puñetazo en medio de la cara para ver su sangre salir por su nariz, y entonces sonreírle con euforia, porque no mentía, estaba realmente enojada.

—¿Qué pasa? —preguntó Erick a sus espaldas.

—Nada, ya vuelvo.

  Con su cabeza hizo un movimiento que especificaba claramente que quería que la siguiera. Dándole una pequeña y falsa sonrisa al de ojos verdes, se dirigió detrás de un árbol, alejado del montón de adolescentes, sintiendo las pisadas del asiático detrás de ella.

—¿Qué haces aquí? —preguntó al darse la vuelta.

—Estoy aquí por ti.

  Isabella le fulminó con la mirada por breves segundos antes de cruzarse de brazos igual que él.

—No creo haberte dicho que vinieras por mí.

—Vine por voluntad propia, nena.

  La morocha rodó sus ojos con frustración, soltando un exagerado suspiro que le hizo quedarse sin aire.

—Dime qué carajo haces aquí, Taehyung.

  Él soltó un pequeño suspiro antes de mirarla a los ojos. Ella estaba cruzada de brazos y con el ceño fruncido, pero su estatura y sus cachetes rojizos por el alcohol no le ayudaban si quería verse sería u enojada. El castaño le dio una mirada de pies a cabeza, observando a detalle una vez más el vestido que llevaba puesto.
  Estaba tan hermosa y delicada que en esos momentos lo único que quería era arrancárselo y besar cada parte de su cuerpo.

—Vine a cuidarte. —respondió luego de unos segundos.

—¿A cuidarme?, ¿Acaso eres mi padre ahora? —soltó indignada.

  Taehyung se alzó de hombros.

—Sabía que él vendría. Solo quería ver si lo que tus amigas suponen se convertiría en verdad.

—¿Suponer qué, Taehyung?

—Que se acostarían.

  Isabella abrió su boca con la única intención de insultarlo, pero no pudo decir nada. Ella podía acostarse con quien quisiera, él no era nadie para impedírselo. Además, si lo hacía o no, ¿Por qué él debía saberlo?, no era de su incumbencia.

𝒯𝑒𝒹𝒹𝓎 𝒷𝑒𝒶𝓇  | 𝐊. 𝐓𝐇 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora