twenty seven ▶ jjk

𝟤𝟥. 𝓌𝒽𝑒𝓃 𝓎𝑜𝓊'𝓇𝑒 𝓈𝓉𝒾𝓁𝓁 𝒽𝑒𝓇𝑒

𝓖𝓲𝔀𝓸𝓷

"Si es lo que deseas lo haremos así".

Entiendo que Jungkook piense que esto es una especie de prueba, y puede que guarde un poco de razón. Es cierto que aún hay una pequeña parte de mí que va justo en la dirección en la que él lo predijo, que continúa abrazada a las dudas. Pero hay algo más que también es cierto, otro motivo por el cual he tomado esta decisión, y es que nunca me he sentido tan desvalida y asustada como hace un momento.

Cuando supe lo que sucedió hace siete meses, me fue imposible no pensar en qué habría sido de mí si ella hubiera dicho que sí.

Un solo momento, la decisión de alguien más, una persona que ni siquiera conozco ha cambiado mi vida por completo. Si Misook hubiera aceptado su propuesta, es probable que yo ni siquiera hubiera pisado Seúl. La sola idea de que lo nuestro no habría ocurrido hace que el pecho me pese y las inseguridades me ahoguen pero hay algo más que me aterra además de eso, y es la posibilidad de que entonces, no sería quien soy en este momento. No habría descubierto lo que este mes en la capital me enseñó.

¿Cuándo me he vuelto tan insustancial en mi propia vida?

¿Si Misook le hubiera dicho que sí, nunca habría salido de mi pequeño piso en Busan? ¿Si ella le hubiera dicho que sí, jamás me habría cuestionado mis sueños? ¿Si Jungkook no estuviera conmigo ahora, seguiría estancada en mi conformismo?

Es cierto, el amor te desnuda, te vuelve vulnerable. Poco a poco me estoy haciendo amiga de la idea de que dejarme ir y permitirme sentir, puede ser peligroso. Al apostar existe la posibilidad de que pierdas y está bien, pero no puedo permitir que eso implique perderme a mí. No ahora que comienzo a encontrarme un poco.

Porque si lo nuestro no funciona, ¿Dónde me deja eso?

Aunque Gguk tenga algo de razón y aún me cuesta creer que él me corresponda tan decididamente, aunque mi eterna cautela me lleve a pensar que lo más conveniente es darle su espacio para que se asegure de ello, lo cierto es que yo lo necesito también. Necesito asegurarme de que con o sin él, voy a continuar moviéndome, voy a conservar lo que he logrado encontrar. Quiero quedarme en Seúl. Deseo continuar persiguiendo este sueño que comienza a tomar una forma diferente. Y sobre todo ansío ser capaz de quererle sin que tenga que dudar de mi coraje, sin tener que temer al hacerlo.

Esta es la única forma que encuentro de lograrlo. Hallar mis certezas sin depender de las suyas.

Al abrir la puerta de casa, mamá vuelve a mirarme desde el sofá, pero esta vez su sonrisa se desluce en segundos mientras me analiza. No hace falta que diga nada, sé cómo debo verme ahora, porque las inseguridades y los miedos están atravesándome la piel. Al menos me abandonan poco a poco.

—¿Qué pasó? —pregunta sin más.

A veces creo que ese presentimiento del que suele hablar, su sexto sentido, es totalmente cierto. Aguarda en silencio una vez me dejo caer a su lado, rebusca en mi perfil mientras yo lo hago en mis dedos, retorciéndolos aún nerviosos.

—Voy a quedarme unos días... —Mi voz surge más débil de lo que esperaba.

—¿Qué pasó? —repite.

Cojo aire con fuerza y le sonrío como puedo.

¿Por dónde empiezo?

—Jungkook... iba a casarse, mamá. —explico vagamente, provocando que su entrecejo se contraiga confundido. Bajo la vista eligiendo las palabras que hagan esta conversación lo más corta posible—. A comienzos de este año, se lo propuso a su exnovia. Ella dijo que no y...