𝓖𝓲𝔀𝓸𝓷
Cuando teníamos 18 años el novio de Hyesun se propasó con ella en una cita. Habían bebido, quiso ir más lejos de lo que Hye estaba dispuesta y frente a su negativa, él se cabreó y se fue, dejándola sola y ebria. Aún la recuerdo sentada en mi cama tomándose el rostro y llorando a todo pulmón. No se atrevió a volver a su casa porque sus padres le tenían prohibido asistir a citas, además de una cantidad de otras cosas. Recuerdo que, con las mejillas empapadas de lágrimas, me dijo que no volvería a salir con un hombre nunca más.
Fue cerca de tres años después, sentadas también en mi cama pero de nuestra habitación compartida en Geumjeong, que me confesó estar enamorada de Park Jimin. Según ella, lo había descubierto esa tarde, luego de haberse quedado dormida junto a él en el parque del campus y despertar con garabatos en sus mejillas. Una situación simple, un momento ordinario y aún así, puede tener un significado diferente para cada uno de nosotros.
Claro que yo ya lo sabía desde hacía tiempo. Lo que tenían al mirarse no era algo que presencias todos los días, si aquello no funcionaba, qué esperanza teníamos el resto.
Seis años después, Shin Hyesun va a casarse. Ella, mi mejor amiga, mi hermana desde los 14 años, la que hace veces de madre y otras de chiquilla, la misma que lloró hace una década jurando no volver a acercarse a un hombre, la misma que en realidad nunca necesito de uno. Nunca necesito de nadie. Y ahora va a dar el sí.
Vuelvo a servir soju en mi vaso, supongo que este es un excelente motivo para beber más de la cuenta, lo llevo haciendo desde que nos acomodamos a la mesa. Jimin acaba de relatar como a la mañana, mientras desayunaban, invitó a Hyesun a la oficina del distrito. Así sin más. También explicó al detalle como todavía algo dormida, despeinada y en pijamas, Suni no entendía lo que quería decirle. Se burla tantas veces de su cara hinchada y sorprendida que mi amiga acaba atizándole un puñetazo en el muslo por debajo de la mesa, mientras yo sonrío, porque es todo lo que he hecho hasta ahora, beber y sonreír.
—Es la propuesta más lamentable que he escuchado. —concluye Jungkook, sacudiendo la cabeza con una sonrisa. Parece estar llevando bien la noticia, no está en shock como todavía lo estoy yo. Tal vez es porque, como también han contado, Jimin se lo dijo hace unos días—. De todas formas no esperaba algo mejor viniendo de ti.
—Nunca entenderías el romanticismo de Park Jimin, Gguk. —responde Hye, y la mirada que se lanzan ella y Jimin mientras este se ríe orgulloso, denota una complicidad absoluta.
Las palabras nunca han sido lo mío, por eso he dejado salir la alegría que tengo por ellos en el abrazo estrecho que les di a ambos al encontrarnos en la puerta del restaurante. La sonrisa se ha adueñado de mis labios por solo ver a Hyesun desbordar felicidad por sus pupilas. Pero aún así está esta culpa que me corroe el pecho poco a poco, esta que nace porque en medio del entusiasmo puedo notar esa serena tristeza. No puedo evitarlo, y eso me hace sentir fatal. Porque esto no tiene nada que ver conmigo, y aún así encuentro una oportunidad para volver a recordarme cuánto he fallado.
Ni siquiera le he contado a Hye de mi reunión con el editor, de la columna literaria, noticias que ayer parecían un gran paso y hoy simples tonterías que no me acercan a nada. ¿A qué quiero acercarme de todas formas?
Empino el soju en mis labios y no puedo dejar de sisear cuando bajo el vaso. Tras abrir los párpados que apreté con fuerza por culpa del resquemor, los ojos negros de Jungkook están puestos en mí con fijeza.
—Gigi, aún no puedes quedar inconsciente, falta la noticia más importante. —dice Jimin, su rostro expele entusiasmo y a pesar de lo que ha dicho, me sirve de nuevo un vaso.
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twenty seven ▶ jjk
FanficGiwon está acobardada. Jungkook se siente perdido. Jimin y Hyesun están a punto de ponerlo todo de cabeza. Para este grupo de amigos la vida no está saliendo como lo habían planeado, entonces... Tal vez sea momento de dejar de hacerlo. • Heterosexu...