lies 1.04

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A M A R G O

     Su calor corporal arropándome se desvaneció por completo, lo observé bajar sus manos, dar un paso hacia atrás y posterior cubrir sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón. Sentí un poco de presión en la boca de mi estómago en cuanto él me estudió con concienzuda simpleza y sin hacer ni una minúscula expresión. Entré en una caótica deliberación, en si debería darle las gracias o esperar a que él tomara la palabra, pero no faltó hacerlo porque enseguida supe que estaba adelantándome a que me agradara porque de todos modos lo que dijo un segundo después me dejó más que claro que era uno más en el mundo. Otro idiota.

—Esto también correrá en tu cuenta —me lo hizo saber. No era algo que esperaba escuchar, tampoco imaginaba que no tuviera empatía, incluso podía decir que ni siquiera conocía esa palabra, pero no era eso lo que me fastidiaba, más bien el hecho de que quisiese aprovecharse de mi situación que era obviamente patética.

Sostuve su mirada por un pequeño lapso. Negué con la cabeza un par de veces y solté una pequeña carcajada. Y es que no podía creer que existían personas como él, que le ponía un precio a todo o que esperaba algo a cambio.

—No te pedí que me abrazaras —pausé y fruncí mi entrecejo —. ¿Sabes qué? —de mi bolsillo trasero saqué mi billetera y dentro de ella extraje todo el efectivo que traía, a simple vista y sin contar cuanto tenía, podía acertar de que era una buena cantidad de dinero. Coloqué las mismas sobre su pecho dándole un ligero empujón y estas cayeron sobre el suelo, sin embargo él no hizo más que observarme con ese mismo sentido insulso con la que me había abrazado —. Espero que eso sea suficiente y si no lo es, solo dame la cantidad y te lo daré —ultimé.



•••


Cerré la puerta principal de mi casa en un solo golpe y corrí gradas arriba hasta mi habitación, una vez dentro deseé entender el porqué de ese dolor en mi pecho, cuando en realidad no debería estar ahí. No pensé que esa parte de mi vida aún me pisaba tan fuerte, a pesar de que el tiempo había sido muy largo.

Respiré lo más hondo hasta querer ahogarme y luego solté todo con suavidad, no iba a llorar, solo quería aplacar esa sensación de presión en mi pecho, debía hacer algo que me sacara de todo ese estado ansioso en la que estaba, pero no encontraba algo por hacer, lo único que hacía era caminar de un lado al otro mientras mordía la uña de mi dedo pulgar.

Nublando mis pensamientos, aplacando dolencias y olvidando recuerdos.

•••

Tenía un leve dolor de cabeza y la alarma de mi celular pisoteaba el mismo lugar sensible y es que no había consideración de su parte. Pateé mis cobijas a un costado y me obligué a colocar los pies sobre el suelo, tomé mi celular, apagué la alarma y lo lancé del otro lado de la cama. Sacudí mi cabello totalmente enmarañado esperando que con eso se me pasara el dolor, aún que creo que eso no funcionaba del todo. No debí tomarme la mitad del vodka que papá tenía en su pequeño bar de la azotea, pensé que era una bonita forma de sedar la ansiedad, pero no fué así. Agradecía que mis padres no estuviesen en casa, no quería ser cuestionada por el momento, y lo que más quería era estar sola, tal vez ahora tenga una cuenta por saldar con la vodka a medio terminar.

Arrastré mis pies hasta el baño con toda esa desidia de ir a la universidad, una vez dentro me observé en el espejo y entonces pude escuchar a mi reflejo decir "Debiste haberte quedado, dónde estabas" y tenía razón, pero mi retorno fue por petición de mis padres no podía negarme, cumplían mis caprichos ¿Por qué yo no, los suyos? Además, nada podía salir mal, tal vez accedería hablar con Chanyeol y llegar a buenos términos, cada quien, por su parte y listo, todo olvidado, creo que era lo más maduro que podía hacer para por fin dar un cierre a una etapa que aún parecía estar entreabierta.

lies | Jeon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora