lies 1.23

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¿ME SEGUIRÁS?

Cerré la puerta del auto con fuerza. Apoyé mi espalda sobre la misma mientras masajeaba mi cien con mis dedos; índice y pulgar. Estaba demasiado cansada, sumado por la decepción que me hacía sentir inútil. Todo me resultaba ridículamente difícil, empezando por: intentar acomodar mi vida, hasta: olvidar y querer empezar de nuevo, pero a decir verdad lo que conseguí fue ser más voluble, inestable, débil. Imaginé que había salido de ese estúpido hueco, pero al parecer terminé hundiéndome más de lo que debería. Me enfurecía ser sensible y odiaba seguir corriendo con todas las fuerzas que apenas y tenía para solo terminar en el mismo sitio.

Pasé mis manos por mi rostro dándome un ultimátum para no rebobinar en el mismo sentimiento que me había estado arrastrando a una hoguera que no quería apagarse. Clavé mi vista en el suelo, la brisa nocturna erizaba mi piel y me hacía temblar. Quería seguir ilusionándome, pese al vivo reproche que mi alma me sacaba en cara. Suspiré hondo mientras avanzaba al interior de mi casa. Antes de entrar me di cuenta que: Harv seguía aquí, lo sabía porque las luces de mi casa estaban encendidas. Giré el picaporte y algo que parecía ser una conversación o discusión, se cortó. Me sentí tan foránea entrando a mi propia casa, que incluso cerré la puerta con cuidado tras de mí.

—Lamento interrumpirlos —dije mientras los observaba a ambos dinámicamente y ambos tendieron a mantener sus labios entreabiertos mientras me observaban impresionados.

—Oh, Ayli —esa fue Suni cortando ese hilo silencioso que sin duda se extendería porque en realidad yo no habría dicho nada más para extinguirlo. Tenía mis propios líos y prefería encargarme de eso primero.

—Ayleen —corregí porque no me agradaba los sobrenombres ni por sumo cariño. Sus ojos revolotearon y de la nada su seriedad cambió sin ahogo, quizá era por la emoción de verme luego de una larga semana, de paso yo también entré en el mismo estado emotivo. Se aproximó a mí para capturar mi cuerpo en un cálido abrazo, algo que me hacía muchísima falta.

—¿Todo bien? —preguntó como si pronosticara mi quebrantado estado emocional. Me sorprendía que lo pudiera percibir tan rápido, cosa que yo jamás lo hubiera logrado, pues porque era algo despistada para observar a las personas internamente.

Asentí con mi cabeza un par de veces. No quería arruinar lo que Harv llevaba planeando días para Suni. Su plan era "atraparla", porque ella lo evitaba a toda costa. Podía decir que incluso su insospechado viaje había sido a causa de Harv. El siguiente punto del plan era obligarla a escucharlo y a fluir sus sentimientos en una cena romántica, esa era su idea con ella y era perfecto porque ella amaba lo cliché.

Descompuse nuestro abrazo colocando mis manos sobre sus hombros y la miré con tanta seguridad que incluso yo misma me sorprendía. Probablemente lo mío era la actuación, a final de cuentas descubrí que era una gran mentirosa y que podía ocultar cosas muy importantes y nadie lo sospecharía. Un cadáver tal vez, llamado amor quizá.

—Todo bien, solo estoy agotada. Ahora necesito vacaciones de dos ciclos al año, que dure seis meses cada una y me daré por bien servida.

—Créeme, todos necesitamos vacaciones de ese tipo. Podríamos tal vez, hacer que esas vacaciones coincidan e irnos... lejos —lo último lo enfatizó disimuladamente adjuntando un gesto que me señalaba a Harv con solo sus ojos cetrinos. Por otro lado, tenía a Harv haciéndome gestos para que hiciera algo al respecto y que Suni no escapara de sus manos, es por eso que formule la siguiente pregunta.

—¿Puedo pedirles algo a ambos? No lo tomen a mal —dije.

—Claro —ese fue Harv situándose a un costado de Suni, la misma que se alejó un poco de él.

lies | Jeon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora