lies | Jeon ✓

lies; FIN

A TU ALCANCE...

       Había miles y miles de formas de morir, pero el punto  no era ese, sino lo que estaba justo antes de llegar a ello. La maldita tortura era lo que me hacía sufrir, era como si te apuñalaran el pecho sin ser anestesiada, el dolor era tan, pero tan grande que podías convulsionar por el simple hecho de no tener la capacidad de poder aguantarlo, y solo entonces deseabas morir para que ya todo pasara.

Me preguntaba una y otra vez ¿por qué mi vida estaba destinada a ser una simple miseria? Deseaba con el ardor de mi alma que solo fuese una puta pesadilla. Solo quería despertar... solo quería despertar.

¿Qué demonios había hecho?

Retrocedí por inercia hasta chocar con la mesa del centro de la sala, estuve a punto de caer pero pude mantener el equilibrio. La persona que se hacía llamar mi "papá" se acercó, sin embargo lo evité con un empujón.

—¡NO ME TOQUES! —traté de respirar, pero no podía hacerlo, en serio que no podía, el aire se quedaba justamente ahí, en mi pecho, cómo si alguien me estuviera estrangulando. Llorar era una alternativa bastante mala, pero no era algo que podía controlar. Mis lágrimas ni siquiera me dejaban ver con claridad. Necesitaba colapsar, sin embargo no sabía de qué forma hacerlo —. ¿Por qué...? ¿Por qué me haces esto? —las preguntas me salieron en medio de un suspiro bastante pastoso e intenté a fuerza respirar hondo.

—¿Estás bien? —preguntó Jungkook acercándose en un estado bastante preocupado y olvidándose  que: lo más sensato qué él podía hacer por el momento, era alejarse de mí, es por eso mismo que lo hice yo misma de una forma despectiva, porque lo único que podía sentir era asco, bastante asco, por él y más que nada por mí.

—¿Lo sabías verdad? —me quedé en silencio esperando a que respondiera, pero solo lo tenía mirándome sin ninguna otra expresión más que el de una molesta. Mi pregunta había venido de la nada, sin ninguna razón, pero involuntariamente le había pegado en un punto que no sabía que existía. Y eso me enfureció aún más —. ¿QUÉ MIERDA PASA CONTIGO? —grité empujándolo un par de veces. Tenía sentido, la razón por la que el día de ayer se hallaba bastante mal, era esa y eso lo hacía aún más perturbador y enfermo. Lo miré a la par, quería una respuesta, algo que me hiciera tranquilizarme, algo que me dijera que solo se trataba de una pésima y dolorosa broma, pero nadie decía nada, ni siquiera él.

—Lo siento... —murmuró Jungkook finalmente.
Me pareció bastante estúpido, por ende mi paciencia se había consumido en su totalidad, me hallaba tan molesta e irritada que terminé dándole una bofetada. En un primera instancia me sentí mal, pero esa sensación se esfumó en el momento que su madre se acercó lo suficientemente molesta para luego gritarme.

—NO TRATES DE CULPARLO, TODO ES TU CULPA, TU ESTÁS TAN MALDITA COMO TU MADRE, Destruyen todo lo que tocan —pausó solo para sonreír de una forma sarcástica y luego continuó —. Lo único bueno que hizo fue morir, debiste seguirla también.

Me llené de tanta rabia que incluso sentía como mi cuerpo se calentaba, mis mejillas ardían y mi corazón latía tan fuerte y rápido que dolía constantemente. Mis impulsos me llevaron a acercarme a ella e intentar darle una bofetada, pero Jungkook evitó a qué la tocara, sosteniendo mi brazo  con presión.

Lo miré a los ojos y entonces recordé todos esos sentimientos que me amarraban a él y que por las circunstancias se iban quemando. No podía creer que con solo mirarlo podía sedar mi enojo, no podía creer que él siga siendo mi zona de confort, no podía creer que... no pueda amarlo como quería.

—Suéltala... —dijo mi padre, tomando la muñeca de Jungkook y mi brazo y separandonos de forma tranquila esperando que quizá asi no alterara aún más  el ambiente que ya de por sí estaba demasiado tenso —. Es suficiente —susurró mientras me obligaba a mirarlo, en cuanto lo hice empecé a razonar. La conversación que tuvimos la noche de ayer, me hizo llegar a la conclusión de que: a un paso de mi tenía a la persona que le quitó la vida a mi mamá —. Creo que deberíamos de calmarnos y tratar de hablar...