lies 1.12

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MENTIR, ENGAÑAR


       ¿Estaría bien si solo dejaba que mi corazón latiera tan fuerte hasta que este doliera? Porque no sabía que más podía hacer ante algo tan pequeño, pero que sin duda se volvía bastante elocuente para alguien que era muy susceptible ante eso, y la situación empeoraba aún más cuando la combinaba con la cercanía hacia mis labios. Por último, debía saber que él no estaba siendo sincero y que no lo sería nunca o al menos conmigo no, pues mi persona seguía siendo su capricho el cual no conseguía tener.

—Pero tú a mí no —musité tranquila, opacando esa parte en la que ciertamente sus palabras si crearon un efecto negativo en mí, uno muy amargo. Lo observé a la par esperando quizá algo que me hiciera sentir vencedora de ese juego en la que buscaba atraparme, sin embargo, el hecho de que haya sonreído con sorna, me exponía que no había llegado más que a sentirme aturdida.

—Qué complicada eres Ayleen. ¿Por qué lo haces más difícil? —dejó escapar una escueta carcajada mientras se alejaba y suponía yo que regresaría a continuar con lo que estaba haciendo, solo que, me pareció tan tonta y secretamente hiriente su forma de comportarse que terminó enfureciéndome, razón por la que hice mi pregunta esperando que me explicara su resentimiento hacia mí, porque hasta dónde logré adivinar, existía un argumento que reprochaba muchísimo la relación que tenía con Chanyeol, pero desistía en querer decirme.

—¿Cuál es tu problema? ¿Por qué te comportas de esa manera? —volvió hacia mí y fingió pensarlo mientras achicaba sus ojos ligeramente.

—Así soy usualmente con las personas que no son nada para mí.

Pensé que éramos amigos...

—Creí que...

—Yo también creí que al menos ya éramos amigos, pero dijiste que no era nada. No esperes nada bueno de mí, mucho menos que te diga algo acerca de Chanyeol.



•••




Temía que todo fuera a terminar como antes, con mi corazón hecho trizas y a causa de la misma persona. Ya había puesto un pie para que esas posibilidades comenzaran a deambular en el aire, ya solo dependía de mis estúpidas decisiones si quería que fuera un hecho. Últimamente pensaba y dudaba demasiado por cada paso que daba y todo era por culpa de Jungkook. Siempre salía con algo que me hacía encerrarme por días en mis pensamientos. Tal vez no debería dejarme influenciar por él, pero no era tan sencillo porque había algo que no me dejaba deshacerme de él.

Detuve mis pasos e inhalé lo más hondo que mis pulmones me lo permitían, aspirando ese helado viento que emanaba del invierno. Probablemente eso me ayudaría a refrescar mi mente y tal vez a congelar mis pensamientos que lo más seguro no tenían tanto sentido. Iba a retomar mi caminata, pero esta vez de regreso a casa, no obstante, un par de manos abrazando mi cintura por la espalda, me detuvo de lleno, provocándome una taquicardia casi al instante. Traté de mirar de quién se trataba, pero simplemente escondía su rostro y apretaba aún más su abrazo para que no pudiera girar a verlo.

—¿Quién eres? —me removí.

—Tranquila —cotilleó posando su mentón sobre mi hombro y esta vez evitó la fuerza para sujetarme. Ahora pude respirar mejor al saber que el que me abrazaba, era Chanyeol.

—¿Qué haces aquí? —inquirí. Tomé de sus manos e hice que me soltara. Giré sobre mis pies y finalmente me encontré con sus ojos.

—Quería verte —alegó de tal forma que me sentí completamente incómoda y ajena a sus intenciones. Me sentí tan asqueada y enferma que lo último que deseaba era verlo. Tal vez se trataba de un presentimiento, uno malo y de los que jamás le presto atención, pero siempre hay una primera vez.

lies | Jeon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora