Eran las cuatro de la mañana y todavía el chico de cabello negro atado en una pequeña cola haciendo caer ciertos mechones en su rostro viéndose completamente desaliñado, no podía procesar la imagen de aquel chico de 24 años.
Desde que comenzó este oscuro negocio, todas sus víctimas siempre fueron personas mayores, mujeres y hombres, no había diferencia alguna para él, de todas formas su consciencia quedaba limpiaba una vez que miraba su cuenta bancaria.
Pero esta vez, era distinto, se trataba de un chico de su mismo rango de edad, apuesto y fotogénico por lo que miraba...
—Pobre —Murmuró sin dejar de ver la fotografía enviada.
Sería su víctima número trece, casualmente era igual al día de su nacimiento, qué graciosa coincidencia.
Se giró en su silla hasta ver en dirección a su cama pensando en lo que debía hacer, la persona que se comunicó con él no especificó el día ni la hora en donde él podía actuar aunque si ya lo conocían, sabía que nunca se tardaba más de una semana.
El joven de 22 años a pesar de dedicarse a algo ruin y denigrante cómo era quitarle la vida a un ser humano, eso solo indicaba que era muy inteligente porque a diferencia de sus compañeros, él siempre dejaba la escena del crimen limpia, sin ninguna sospecha, sus compañeros solo habían tenido suerte.
Se tardaba una semana por varias cosas, primero debía de ver la ubicación que la persona le había mandado, al parecer eran los condominios cercanos a la universidad y por como lucía en las imágenes se notaba que éste chico se bañaba en dinero. Además, debía ver sus movimientos, siempre tenía una distancia prudente y se sabía camuflar entre las personas para saber a dónde iba o con quien se relacionaba.
Debía tener mucho cuidado, un estudiante de periodismo era algo difícil de procesar, pues estas personas al final terminaban siendo muy perspicaces y al mismo tiempo un blanco fácil para personas como Jungkook.
Ese era su nombre, Jeon Jungkook, tenía 22 años y no había podido entrar a ninguna buena universidad a pesar de su inteligencia, prefirió buscar nuevos rumbos y malas compañías que lo hizo entrar a este extraño mundo.
Seguramente sus difuntos padres estarían muy decepcionados de él, ya que siempre creyeron que sería alguien importante para la sociedad aunque no estaban del todo equivocados, sí era alguien importante para los policías y las personas que comenzaban a tener miedo de las desapariciones de muchos ciudadanos en diferentes partes de Corea del Sur.
A pesar que era un trabajo difícil, traumático y sumamente denigrante, Jungkook no sentía absolutamente nada cuando mataba a una persona, le daba igual, siempre creyó que los culpables eran sus clientes y no él, esto era solo un trabajo como cualquier otro, en su mente.
Entró a la edad de 20 años, como no era un chico muy expresivo, sus amigos supieron que tenían el trabajo perfecto para él y lo incluyeron en este negocio.
Primero tuvo que acompañar a los demás y ver como trabajaban y una vez que secuestraban, golpeaban, herían y mataban a una persona, notó que era más sencillo de lo que pensó y se atrevió a recibir mensajes.Recordó lo que le dijo su amigo esa vez:
—Necesitas un apodo...
—Lo tengo.
—¿Cuál?
—Copycat.
—Tienes suerte que sepa inglés.
Se había puesto el apodo o sobrenombre de "Copycat" le gustaban mucho los documentales de asesinos seriales y se había inspirado en ellos para cometer sus doce homicidios.
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Who?
FanfictionJungkook es un asesino que es contratado por diferentes personas anónimas con inmensas cantidades de dinero para matar ya sea: miembros de familia, ex parejas, jefes o cualquier persona que quisieran matar para quitar esa piedra de su camino. Lleva...