Capítulo 35

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Jimin soltó el teléfono cuando la llamada se terminó, no había duda alguna, estaba perdiendo.

¡Él! Park Jimin estaba perdiendo, eso no podía ser cierto y todo era culpa de ese sujeto que dormía en su cama muy ebrio.

Seguro él liberó a Namjoon, no sabía si esa era la verdad absoluta, pero era lo que podía deducir.

A menos que...

Jimin volvió a agarrar su teléfono para revisar las grabaciones de ese día, algo llamó su atención antes de que Jungkook saliera de casa y era como había estado revisando su teléfono y su computadora.

—Copycat... —susurró.

Copycat había vuelto, eso era lo más obvio, nuevamente Jungkook se había dejado manipular por ese ser que estaba dentro de él, por ese loco y bastardo asesino que jamás se fue, sabía que solamente ganaría si se deshacía de ese maldito.

¿Cómo?

Debía asesinarlo, solo así ganaría.

Eso siempre fue lo que quería y era momento de acabar con toda esta maldita mierda que había creado.
Debía hacerlo por Jin y por todos aquellos que confiaron en él y que lo seguían como a un líder.

Jimin siempre ganaba y lo conseguiría de una u otra forma.

Ya se había cansado de este estúpido juego de una relación estable, de una familia, esa mierda no existía.
Creció en una familia disfuncional, con padres que le demostraron cada día que el amor no existía y que podías irte en brazos de cualquier hombre que fuera débil ante la preciosa carne y el placer.

Pero, pensándolo bien...

Jimin caminó hasta la habitación donde miró a Jungkook profundamente dormido boca abajo, tenía su boca entre abierta, se veía tan dulce y lindo durmiendo que era imposible imaginar que era un maldito demonio.

Se sentó a un lado, muy cerca de sus piernas donde comenzó a acariciarlas, era difícil poder hacerle daño cuando lucía así, pero a pesar de todo lo que vivieron juntos, Jimin no sentía nada por él.

¿O sí?

Estaba confundido, Jimin siempre confundió el amor y el sexo porque jamás tuvo a alguien que le mostrara eso, él también era débil ante el placer, pero con Jungkook era distinto.

Pudo sentir muchas cosas durante todo este plan, descubrió que el amor se podía sentir en muchas cosas y formas, cuando bailaban se sentía único y era un recuerdo que lo hacía sonreír con solo pensarlo.

Además, a pesar que Jungkook era un asesino, siempre trató de darle un lugar, abrió sus sentimientos a él como la vez que lo miró llorar por primera vez, al parecer era un chico delicado y aunque al principio le costó tratar de hacerse pasar por un chico normal y enamorado, al final parece que ya no era actuación y de verdad sintió algo por él.

¿Podía creerle? Jamás le dijo te amo por más que él se lo repitiera muchas veces, siempre ignoró ese hecho y si nunca se lo dijo, es porque probablemente sus sentimientos solo eran una vil mentira, una actuación profesional de un asesino serial.

Tonterías, no podía sentir lástima por él, Jungkook o Copycat solo eran una plaga para este mundo y él debía deshacerse de ellos para poder ser el mejor.

A la mañana siguiente, Jungkook se encontraba desayunando en el comedor una taza de café negro mientras veía las noticias e igualmente no dejaba de pensar en el mensaje que había recibido mientras dormía.

Al parecer, Namjoon estaba con vida y tenía al chofer bajo su poder, ahora ya no solo era su imaginación, definitivamente Jimin había creado todo un plan para asesinarlo, quién lo diría, la historia de ambos era la misma, se conocieron para eliminarse.

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