El televisor en la pequeña sala se encontraba prendido sintonizando el canal de noticias.
—Luego de la desaparición de cientos de omegas en los últimos meses se pide que a todos que tengan cuidado y no salgan solos, en ningún momento del dia ya que estas misteriosas desapariciones ocurrier-
—Que te pasa estaba escuchando — espeto Valentín con el ceño fruncido.
Mateo paso detrás suyo levantando los hombros demostrando poco interés en el reproche de Valentín.
Caminó hasta la cocina y guardo dos botellas de agua en la mochila.
—Vuelvo en dos horas
Dani y Mauro, sentados la mesa de la cocina almorzando, lo miraron sabiendo a donde iba a ir pero no dijeron nada. Camilo en cambió, sentado a un lado de Valentín se levantó y también agarro una botella de agua.
—Te acompaño.
Sin decir nada Mateo salio de la casa con su mejor amigo trás su espalda.
El verano en la ciudad Central se sentía pesado esa tarde, especialmente a las tres de la tarde.
—A donde vamos?— pregunto Camilo luego de caminar callados durante casi un kilómetro.
—Toya
—Y que se supone que vas a hacer?
—Veremos
—No fuimos al este toda-
—Fui hace dos semanas—interrumpio
—Algún rastro? o algo que sirva?
La mirada de Mateo quedó fija en el suelo por unos segundos, parecía estar pensando en algo pero terminó negando.
—Hubo una llamada rara hace unos dias, a la estación de policía de la ciudad no tuvieron mucha información de la persona que llamó pero con los pocos segundos que duró pudieron localizar que provino de unos kilómetros al sur pero no desde donde específicamente.
Camilo miró el perfil de su mejor amigo, se veía agotado y perdido.
—No quise crear ningún tipo de esperanzas- siguió
—No lo hagas, no con todas las omegas desaparecidas que hay.
—Lo sé