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Ya no están, esos ojos verdes ya no aparecen en sus sueños, el dulce aroma ya ni siquiera recuerda que tan dulce era, no hay nada. A veces sin darse cuenta busca en diferentes rostros esos brillantes ojos pero no hay nada. Hace un par de semanas desperto en medio de la madrugada por un horrible sueño pero no vio nada todo era oscuridad y dolor, en su pecho crecía cada dia la necesidad de encontrarse a la omega de los lobos. Su alfa lloraba de tristeza en las noches sin dejarlo dormir, no sabia que hacer para calmarlo.

--Esta bien Roberto-- escucho la voz de Jose cuando llego a su lugar de trabajo, agudizó su oido, el alfa sintio una leve esperanza de ir a buscar mercancia al puerto y poder encontrarse casualmente a su omega, -que no ella no es nuestra- corrigió a su subconsciente-- por cuanto tiempo se van?-- Mateo abrio los ojos, que? No ella no podia irse-- oh esta bien Rob, voy a mandar a buscar esas cosas... Entonces son las ultimas?-- se alejó antes de que terminé la llamada.

--Hola amigo-- saludo Joan con una brillante sonrisa.

--Hola-- devolvio el saludo triste aunque no quería estar asi.

Por que? Si esa omega no habia mostrado ni un poco de interés en el, por que el debia estar triste? si la vio una sola vez, por que tenia que sentirse abandonado? Si no hubo nada de nada. Odio esa necesidad de querer buscarla a cada hora del día, odiaba su biologia, a su alfa lo odiaba le parecia estupido, enserio? Andar tras una omega solo por sus dulces feromonas? Si muy estúpido y en no lo iba a hacer.

--Que pasó que tenes esa cara?-- interrogó el alfa menor que el.

--Dormi mal, debe ser eso-- hizo una pequeña mueca restandole importancia, Joan no insistió aun sabiendo que su cara no debia ser porque durmió mal.

Ambos fueron a hacer sus respectivas tareas, arreglando algunos autos, llevando cajas o bolsas de diferentes tipos de mercancia a distintos comercios de la ciudad. La mañana pasó bastante rápido, sin ningun inconveniente, por suerte pudo distraer su cabeza de recordarle que muy seguramente la omega que estuvo rondando en su cabeza, ya no estaba en la ciudad.

--Mateo-- llamó José entrando a la cocina donde estaba almorzando. El levanto una ceja, con la boca llena de la hamburguesa que compró en el ultimo viaje hacia media hora-- Necesito que vayas al puerto a buscar un par de cosas pero vas a tener que ir solo-- dijo apoyándose en la puerta, el rizado tragó el bocado que estaba masticando y hablo.

--Por que solo? -- fruncio un poco el ceño.

--Mauro esta en su casa, ya debes imaginar el por que, Joan esta llevando un gran cargamento a la ciudad del sur y se fue con seis hombres-- suspiro talvez necesitaria contratar a alguno betas o alfas próximamente. -- No es mucho, solo son unas dos o tres cajas de medicamentos y una que otra bolsa.

--Bien-- respondió y siguio comiendo, Jose se retiró, dejandolo nuevamente solo.

Término rapido su comida,definitivamente estaba hambriento pero espero a que la media hora restante de su horario de almuerzo terminé. Camino hacia la oficina de su jefe golpeando levemente, entro avisandole que se iba a donde le había ordenado, saco su camioneta del galpón donde guardaban los autos y manejó hasta el puerto escuchando musica para no hacerlo tan aburrido.

Raramente en la primera entrada de la casa no había betas controlando quien estaba por entrar, y en la segunda entrada tampoco, solo un alfa rubio de ojos grises abrio el gran portón dejando entrar a Mateo en el jardin de la casa.

SHE · Mateo PalaciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora