La desesperación con la que corria Camilo no tenía explicación ni sentido, casi lo atropellaron dos autos cuando cruzo la avenida, no entendía que estaba pasando pero lo siguió para asegurarse que estuviese a salvo.
Finalmente vio su casa al final de la calle, acelero un poco los últimos metros que los separaban y vio a su amigo prácticamente patear la puerta cual él cruzaba el portón de entrada.
Escucho unos gimoteos y el aroma agrio de miedo y desesperación de Amira, confundido entro en a casa y vio la mitad de living patas para arriba.
La omega se encontraba hecha una bolita en un rincón cubriéndose la cabeza con los brazos, Camilo estaba de rodilla a su lado intentando abrazarla. El aroma a protección y tranquilidad que el alfa desprendía lo hizo sentir incómodo y camino, aún confundido, hacia la cocina.
Dani se encontraba ahí prácticamente acostado sobre el lavabo, parecía dormido.
-Dani-susurro moviendo levemente el brazo del beta.
Este rápidamente saltó enderezando la espalda, miro con miedo a Mateo y se tiro en sus brazos.
-Se fue- lloriqueo- no está por ninguna parte.
Su voz de iba perdiendo entre el llanto y su pecho.