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—Siara? Estas bien?— apoyo la oreja en la puerta, nada, ni una mosca— creo que va a llorar.

Abrio la puerta del cuarto donde estaba su amiga.

El lugar estaba vacio.

Y la ventana abierta.

—Julian!! Ya estan en la ciudad vamos!— escucho los gritos de su novio desde la entrada principal de la casa.

Él camino rápido hacia el comedor

—Mauricio

Al ver la preocupación de su parejanse acercó tomándolo de las mejillas.

—Que pasó? Esta todo bien?

Los ojos se le humedecieron.

—Se escapó— lloriqueo Julian apretando el agarre de sus brazos.

—Como que se escapo? Si sabía que la estabamos ayudando— el corazón de Mauricio se agitó nervioso y preocupado.

—Ella esta en celo, abra abierto la ventana para sentir fresco y... y... y no se Mau se fue— dijo casi desesperado al borde del llanto.

—No llores, porque lloras no fue tu culpa— lo abrazo con cuidado.

—Vamos a buscarla, no debe estar muy lejos, y por suerte no hay alfas en esta zona que le puedan hacer daño— fue a buscar abrigo para Julián a su cuarto y salieron rápidamente a buscar en el pequeño bosque que rodeaba su casa, y el muy pequeño y poco habitado pueblucho.

—SIARA!— grito Julián.

—Muy discreto— dijo con sarcasmo el alfa.

—Perdón me salió del corazón.

—Tratemos de no llamar la atención de los pocos vecinos cerca, voy a intentar sentir su aroma.

—Olfatee tranquilon como un sabueso, yo voy a buscar de aquel lado— señalo el fondo de su casa, Mauricio asintió y salio sin mas— bien encontremos a esta maldita omega, acomo si abrigo y empezo.

El beta trató de prestar atención al mas mínimo ruido que oía pero era complicado con un gorgojeo constante casi en su tímpano.

Camino unos cinco minutos entre el pasto evitando posos o raíces enredadas para no caerse, hasta que escuchó unos quejidos y gemidos adoloridos.

—Mierda—susurro.

Prendió la linterna e iluminó a su alrededor buscando de donde provenía el sonido.

Hasta que lo vio contra un árbol apoyado.

—Siara— exclamo casi asustado con la primera imágen, si bien era lo que estaba buscando pero de igual manera se asusto de ver a una persona tirada contra un árbol en medio de la noche.— estas bien?— se acerco con cuidado y escucho que murmuraba por lo bajo

-Estoy cerca

-Tan lejos

-Pero tan cerca

Julian toco su frente con cuidado y volaba en fiebre, llamó a Mauricio para que lo ayude a llevarla adentro.

—No me vas a creer a quien encontré— sonaba en shock.

—Siara estaba volando en fiebre y murmura cosas

—No es la única.

Y corto la llamada

SHE · Mateo PalaciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora