—Yo— dudo bajando la mirada al suelo— yo de verdad no se de que habla, no hemos visto a ninguna chica.
—Bien
La imponente figura de pie en el recibidor de la entrada a la casa, miro encima del hombro de la omega analizando la pequeña vista del living que tenía.
—Tu alfa no esta?— la omega temerosa lo volvio a mirar pero antes de decir cualquier cosa, el hombre, un alfa de unos treinta casi cuarenta años, la empujo dentro de la casa.
Ella ahogo un grito en la mano del hombre cuando tapo su boca, él miro las escaleras esperando a que nadie baje al igual que la puerta de la cocina.
—Escucha me bien omega inmunda— apreto su cuerpo contra la pared mas cercana— se que vos y tus amiguitos tienen algo que ver con ls desaparición de la omega su bien te combiene empezar a hablar.
Amira lloriqueo en silencio con miedo, Camilo, su amado alfa, no llegaría para defenderla a tiempo estaba trabajando con los chicos en la panadería hasta tarde.
El hombre apretó con mas fuerza el agarre contra la omega y no recibió mas que un chillido de dolor.
—No lo repetiré otra vez—gruño, alejando a Amira de la pared unos centímetros y golpeando nuevamente con fuerza, haciendo que se sienta un poco mareada por el golpe en la cabeza. Amira lloriqueo nuevamente.— Siara Halfman desapareció misteriosamente el dia de ayer en la noche— dijo con sarcasmo— dejando olvidada unas prendas de ropa que casualmente tienen tu aroma y otro aroma que pude sentir en esta casa, el un alfa.
La cabeza de Amira empezo a trabajar a una velocidad poco común en ella.
No, no, Mateo no pudo haber estado involucrado, él se fue a dormir como lo habían hecho todos a la misma hora, se levanto a desayunar con como todos y se fue con Camilo. Mateo no debía saber nada.