De ninguna manera iba a llevarse bien con esas pequeñas bestias, no paraban de aullar, eran molestas y altanera. Definitivamente despues de esto iba a romper cualquier tipo de vinculo amistoso que lo unia al alfa rizado y de paso le podria dar un golpe, si esa no seria mala idea.
--Una hora dijiste hijo de puta-- Valentin lo golpeo, Mateo solo rio y se adentro en el pequeño hogar.
--Como se portaron?-- pregunto acercandose a la caja donde aun seguian.
--Esos bichos me quisieron morder, le di comida y me gruñeron, quise darles amor y me volvieron a gruñir-- bufo el alfa sentadose en el mismo que lugar donde estuvo por casi tres horas, observando a los animales por miedo a que se escapen y lo muerdan, bueno tal vez exageraba un poco o no, preferia prevenir que morir.
--Que dramatico que sos-- respondió Mateo rodando los ojos, tomo a Igor en brazos y este enseguida se acurruco en sus brazos, su corazón casi se derritio ante eso.
--De donde los sacaste?-- Valentin lo miro un poco enternecido.
--Un beta que vivia en el puerto me los dio--sin despertar al lobito saco su celular del bolsillo-- Perdón por prácticamente obligarte a tener lo lobos, pero tenemos que mudarnos a la ciudad del norte y aca tienen muchisimos lobos, iban a matarme si los llevaba, te prometo de nuevo que no van a causarte ningun problema son casi como pequeños bebés de verdad, duermen en la noche, comen en la mañana en la tarde y si queres en la noche. No me voy a preocupar por ellos porque vi el brillito en tus ojos cuando abri la caja y se que te amaron apenas te vieron y olieron, se que les vas a dar muchos besitos y mimitos. Mauricio y yo te enviamos mucho cariño💋❤-- Leyo el mensaje que el beta le había enviado cuando estaba saliendo de trabajar-- pd: mi maldito alfa me obligo a pedir disculpas, podes creer que quiso mi sumisión JA! alfa tonto-- por lo último.-- esos eran mensajes de Julian el beta que me dio a esta cositas,
--Un alfa gay enamorado de un beta hace mucho que no veia eso--dijo Valentín claramente ignorando todo lo anterior que Mateo había leido.
--Eran tiernos-- dijo sin mas.--Bueno ya que odiaste a mis nuevos hijos, me los voy a llevar--Puso las bolsas en su hombros y agarro la donde se encontraban los cachorros.
--Estuviste con una omega?-- preguntó Valentin abriendo la puerta, Mateo lo miro abriendo grande los ojos.
--Que?! No-- respondio rapido.
--Tenes olor a omega--levanto una ceja.
--Fui a entregar supresores a un lugar lleno de omegas, debe ser eso-- mintio, claramente era la bolsa de bandanas que tenia colgada en el hombro.
--Si, puede ser-- El alfa no le creyó pero tampoco sigui insistiendo.-- Nos vemos Matein-- se despidio y cerro la puerta. El rizado camino hasta la puerta de al lado donde estaba su departamento y como pudo abrio.
Tiro todas las bolsas con cuidado en el sillon, apoyo la caja cuidadosamente en el piso y saco a los cachorros, quienes timidamente caminaron y olieron todo el lugar,con sus orejas paradas en alerta y ojos curiosos recorrieron su nuevo hogar. El alfa se sentó en el sillon poniendo la bolsa de bandanas en su regazo, respiro profundamente llenadose del dulce aroma y empezo a ver todas y cada una de las pequeñas telas, Julian no mentia había muchos colores y una que otra tenía diferentes diseños.
Agarro una de las bandanas color celeste que tenia pequeñas flores impresas en blanco y busco a la lobita, Fleur, con la mirada y la vio oliendo el mueble del televisor, hizo un sonido con su boca llamandola,ella se puso atenta y busco de donde provenia el sonido, una vez lo vio corrio hasta el, con una gran somrisa Mateo la subio a su regazo, dejando la bolsa de lado, le acarició la cabeza y con cuidado ató la bandana en forma de collar, si esos cachorros de verdad le habían pertenecido a la omega seria lindo que ellos tengan algo con su aroma para ni se sientan inseguros o algo por el estilo, dejo un ultimo beso en la cabecita de Fleur y la bajo, nuevamente puso la bolsa en sus piernas y busco alguna bandana apropiada para Igor, excarbo un poco y encontro una lila con rayos negros impresos, le gusto mucho a decir verdad, se paró buscando esta vez al pequeño macho, camino unos cuantos paso y lo vio recorriendo la cocina alegremente.
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