RED QUEEN ━━ kim seokjin

cuatro

red queen     capítulo cuatro

          —BUENO, ESTO YA es incómodo. —Todos se voltearon a ver a YoonGi cuando el pálido habló, después de varias horas en la que el grupo de amigos había estado en el club bebiendo—. No sé ustedes, pero me siento acosado e intimidado, y yo nunca me intimido por nadie, lo cual es decir mucho.

           YoonGi tomó otro trago de su cerveza fría y todos sonriendo cuando notaron las mejillas sonrojadas del pálido, un efecto secundario de cuando bebía alcohol.

           —¿Por qué?, ¿qué pasa? —SeokJin preguntó y YoonGi lo miró como si le hubiera crecido otra cabeza.

           —Tú eres el que debería de haberse dado cuenta —YoonGi respondió con escepticismo—, la mujer aquella, del balcón VIP, no te ha quitado los ojos de encima desde que estamos sentados aquí bebiendo.

          SeokJin se volteó para ver disimuladamente hacia el balcón mencionado, notando que la mirada de la mujer que le llamó la atención estaba en él.

           —Ya quisiera yo que una mujer así se fijara así —todos se rieron cuando HoSeok se quejó en su lugar, con una mueca decepcionada en su rostro.

           —Mmm, bueno, debe de haber una razón. —SeokJin se encogió de hombros sin darle mucha importancia al asunto.

          —Por ahora, disfrutemos del hecho de que YoonGi se sintió intimidado por primera vez, y por una mujer rica —NamJoon se burló sin pena alguna en la cara de su otro amigo mayo. YoonGi miró mal a su menor—. Creí que odiabas a los ricos, hyung.

          —Los odio —admitió el pálido—, pero esa mujer parece que quisiera ver nuestra alma, o al menos la de Jin. —YoonGi le dio un largo trago a su cerveza.

          SeokJin se rió en su lugar, como si la situación fuera graciosa, pero el mayor admitió para él mismo que sí notó la mirada de la mujer hermosa en él, y que también se sentía intimidado.

          Aunque siempre llamó la atención a su alrededor por su atractivo, ninguna persona tan misteriosa como aquella mujer había puesto su mirada en él, así que no sabía qué esperar de ello.

          De todas formas, estaba seguro de que ni siquiera volvería a ver a aquella mujer en su vida, a menos que ella frecuentara mucho ese bar.

           —Bueno, yo creo que deberíamos pedir otra ronda de-... —SeokJin se detuvo en seco cuando se escuchó un disparo en el aire, luego dos, después tres y finalmente comenzó una balacera en el club.

           —¿Qué diablos está pasando, SunHye? —AhReum se levantó furiosa de su sillón de cuero rojo, viendo como las personas en el piso de abajo comenzaban a correr desesperados y en pánico hacia la salida del club.

           —Creo que fue una disputa entre dos hombres, no estoy segura. —SunHye se removió nerviosa en su lugar.

            —¿Cómo diablos entró una persona con un arma? Los voy a despedir a todos, malditos inútiles. —AhReum tomó su propia arma, una pistola glock de nueve milímetros, y bajó rápidamente hacia el primer piso del club.

            SeokJin y los chicos intentaron salir del club también, pero el grupo fue separado por el mar de gente que se atravesaba en el medio, hasta que el mayor se detuvo en seco en su lugar cuando una bala impactó su cuerpo.

           AhReum levantó su arma y apunto hacia el hombre que estaba disparando como loco en su club, disparándole en la mano con la que sostenía el arma, para luego darle un tiro limpio a su cabeza y matarlo.

           Las personas se quedaron estáticas en sus lugares y AhReum se apresuró a esconder su arma dentro de su vestido, pasando su mirada por el mar de gente, notando al menos cinco personas en el suelo por heridas de bala, hasta que reconoció a una.

           Era el chico lindo, el que supuestamente se llevaría a la cama esa noche.

           AhReum maldijo por lo bajo y agradeció que SunHye llegara a su lado con rapidez.

           —Llama a una ambulancia, y tráeme varias toallas.

           AhReum llegó hasta donde estaba el cuerpo de SeokJin tirado en el suelo, medio consciente, la pelinegra arrastró el cuerpo del susodicho hasta un rincón donde nadie pudiera verlo, presionando la herida de bala en el abdomen del menor con sus manos.

           —No te atrevas a morirte, niño lindo. —AhReum tomó las toallas que SunHye le dió y las presionó sobre la herida, reteniendo la mayor cantidad de sangre que pudiera—. Presiona esto y no te separes de él hasta que lleguen los paramédicos. Si muere, te despido y de paso te mato a ti también.

          SunHye no se inmutó ante la amenaza de su mejor amiga.

          —Como quieras, reina roja.

          AhReum se levantó para irse y desaparecer de la escena, pero una mano sujetó su muñeca débilmente.

           —E-Espera... —SeokJin tartamudeó en su lugar, pero se detuvo cuando tosió sangre.

           —Estarás bien, chico lindo —AhReum se agachó en su lugar y susurró sobre el rostro de SeokJin—, regresaré por ti.

           Pero, con suerte, SeokJin la recordaría.