RED QUEEN ━━ kim seokjin

treinta

red queen     capítulo treinta

          SEOKJIN MIRÓ A AhReum furioso.

           —No te creo —el pelinegro menor de labios gruesos escupió de manera inmediata después de que AhReum dijera aquello, negándose a creer tal cosa—. YangMi puede ser una obsesionada por el dinero o una ambiciosa, pero ella nunca se rebajaría a tal cosa... —SeokJin miró a AhReum de arriba abajo con disgusto.

            AhReum se rió, sin inmutarse ante el enojo y disgusto de SeokJin.

            —¿Qué cosa, específicamente? ¿Qué se volvió prostituta o que se acostó conmigo? —AhReum se burló de manera sádica, divirtiéndose con el claro sufrimiento del menor en ese momento.

            SeokJin se aguantó las ganas de lanzarse encima de AhReum.

           —Seguro tú la manipulaste, como lo haces con todos, y lograste que ella terminara metida en toda esta mierda y se involucrara contigo... ¡¿Cuál es tu maldita obsesión por arruinar las vidas de los demás?! —SeokJin explotó, gritando con fuerza, harto de toda la situación.

            Si no fuera por lo alto que sonaba la música a través de las bocinas, probablemente todo el mundo estaría escuchando la discusión de la pareja en ese momento.

            AhReum se levantó de su sillón, dejando su vaso de whisky y su cigarro encima de la mesita que había frente a ella, rodeándola para luego detener frente a SeokJin.

            —¿Yo, arruinar las vidas de los demás? Como si no tuviera una propia y nada que hacer. Mi vida no gira en torno a la de los demás, que ellos terminen en mi camino es otro tema muy distinto —AhReum siguió burlándose en la cara de SeokJin.

            —Sólo... déjame en paz, a mí y a YangMi —SeokJin pidió con un tono duro, haciendo reír a AhReum.

             —¿Por qué crees que ella está aquí contra su voluntad? Ella disfruta de lo que hace, yo sólo contrato gente que disfruta de lo que hace. Ella disfruta de mí y mi dinero. Si insistió tanto en que te alejaras de mí, más allá de celos o protegerte, era porque no quería que descubrieras lo que en realidad era.

            SeokJin se quedó en blanco ante las palabras de AhReum.

            —Y-Yo... —SeokJin dudó.

            —¿Tienes dudas?, ¿quieres comprobarlo? Puedo llamarla a una de las habitaciones y pedirle que me atienda, y ella lo hará gustosa. —AhReum miró a SeokJin con suficiencia—. Puedes unirte a nosotras si quieres.

            SeokJin acercó su rostro al de AhReum para escupir las palabras con dureza—: Estás jodidamente loca.

             AhReum sólo se rió en la cara del susodicho.

            —Sólo voltéate y mírala, no se queja de nada. —AhReum miró a YangMi por encima del hombro de SeokJin.

             SeokJin siguió la mirada de la mayor y miró con disgusto como el hombre que tenía a su supuesta novia encima de su regazo metía unos cuantos billetes en el escote de la susodicha.

             AhReum se quedó detrás de SeokJin, apoyando su barbilla en el hombro del pelinegro con una sonrisa en sus labios rojos.

             —¿No es perfecto? Ella no puede dejarme porque sabe que le doy lo que quiere, lo que nadie puede ofrecerle o darle... Y estás obsesionado conmigo porque nunca has conocido a nadie como yo, te llevo a tus límites y permito que seas quien quieras —AhReum susurró en el oído de SeokJin—. ¿No deberíamos de casarnos los tres y estar juntos todos? —AhReum hizo un puchero falso y luego se alejó, soltando una risa sádica.

             SeokJin se volteó a verla derrotado.

             —La conozco desde hace años, no me dejaría por cualquiera... —SeokJin insistió.

             —Pero yo no soy cualquiera —AhReum señaló su punto—. ¿Quieres apostar? Puedes vernos tener sexo y oír cómo le pregunto si te dejaría por mí. ¿No es divertido? Ella busca en mí lo que tú no le das, y tú me das a mí lo que no le das a ella. Es muy gracioso.

              SeokJin se rió sin gracia.

              —¿Amas esto, no? Tener a todos bajo tu control, volver a todos en contra del otro pero que sigan adorándote... ¿Por qué demonios me fijé en ti? —SeokJin se maldijo a sí mismo.

              AhReum se encogió de hombros con una sonrisa de inocencia falsa.

             —Soy la mejor, lo sé.