3. 𝔐𝔞𝔯𝔠𝔞𝔰: ¿ℭ𝔦𝔱𝔞? (𝔐𝔬𝔖𝔥𝔞𝔫𝔤)

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— ¿Te pego otra vez?

Shang Qinghua fingió no escuchar y prosiguió escribiendo lo que decía el profesor.

— Te estoy hablando.

Negó con su cabeza, pero un sonrojo llegó a su rostro, no pasando desapercibido para su compañero de asiento.

La clase dio por finalizada con el sonido del timbre, por lo que el hombrecillo de media coleta dejo caer su lapicero, llevando sus manos a sus cansados ojos.

— Hey.

Shen Qingqiu no iba a molestar más con esa moretón que había visto en su cuello ni mucho menos iba a pedirle explicaciones de esas marcas en sus muñecas pero no había llegado al dormitorio y eso era inusual en el futuro escritor que tenía a un lado.

— ¡Shizun!

Shang Qinghua al escuchar ese chillido, comenzó a sentirse nervioso, ya que sólo significaba una cosa... Él también estaba ahí.
Su mente se desconectó y lo único que escuchaba eran murmullos.

— ¡ESTÚPIDO AUTOR TE ESTOY HABLANDO!

— ¿Qué?

— Vayamos a comer, Binghe paga.

— No quiero, tengo que ir a hacer deberes.

Shang tomó sus cosas y las metió a su mochila, ya quería irse de ahí se sentía asfixiado, además de que si no se apuraba esas náuseas llegarían al vómito.

— Te veo en el dormitorio. Nos vemos Binghe.

Cuando su vista se poso en la puerta, lo vio y aún con sus piernas temblando y sus manos sudorosas se animó a pasar por el espacio tan estrecho que había.

— Shan-

— No puedo hablar, luego nos vemos.

Cuando había pasado por su lado sintió que su temperatura subía y en verdad creyó que iba a tropezarse, pero gracias al cielo todo había salido bien y tan pronto salió de su campo de visión corrió hacía el campo de fútbol.

Su corazón latía al mil y sentía que esa tensión que había tenido desde la noche anterior se liberaba un poco, aunque esto no duró mucho debido a que por un segundo sus piernas ya no respondieron y tropezó, sus manos y parte de su cara amortiguaron su caída, pero un dolor se extendió por todo su rostro.

— ¿Estás bien?

Ya lo había alcanzado, era imposible irse nuevamente además ya no tenía ganas.

—Mnfh.

— Qinghua no te entiendo.

Se dio la vuelta quedando su rostro hacía el cielo.

— Estoy bien.

— Debemos de ir a la enfermería.

— No quiero.

El alto de ropas azules no sabía que decir, ya que la noche anterior lo había encontrado esposado en donde se ponían las bicicletas, llorando y murmurando miles de groserías y cuando le pregunto quién lo había hecho no quiso hablar, solamente le agradeció por haberlo ayudado de manera avergonzada, ya que esas esposas eran de plástico y el bajito no las había podido romper pero desgraciadamente si habían hecho magulladuras en sus blancas muñecas.

Mobei Jun para dejar que llorará le había dado un pellizco en su cuello, marcando su lechosa piel pero en vez de que dejará de lagrimear, grito y le dio un golpe demasiado fuerte (para alguien de su complexión) en su pecho.

Shang Qinghua no quería verlo por una simple razón, tenía vergüenza. El día anterior cuando sus "compañeros" de literatura le dijeron que había plagiado su obra ganadora y como castigo era esposarlo, no creyó que quien fuera su salvador fuera el personaje del que estaba enamorado alias la inspiración en cada cuento de amor que entregaba como tarea.
Mobei Jun era bien sabido que era el mejor en el área de matemáticas y había llevado muchos premios a su universidad, así que Qinghua lo había catalogado como inalcanzable.

Pero ayer había sido mágico, pues después del golpe que le dio y de las reverencias que le hizo como disculpa, fueron a cenar ya que el contrario había dicho que "ya era tarde para comer solo y que posiblemente Binghe estaba con su novio" y con la excusa que el estudiante de literatura dio de "ya es tarde para regresar a mi dormitorio, ¿puedo dormir aquí?" se sentía realizado, pero al día siguiente al despertar en la misma cama que Mobei Jun sin saber cómo se había transladado del sillón hasta allá, había escapado.

— Qinghua... Me la pasé bien ayer.

Los ojos de Shang se abrieron de golpe y por fin volteo a verlo.

— Espero podamos salir otra vez. Tenemos una cita pendiente.

Y sin decir otra cosa, se fue dejándolo con una gran duda... ¿A caso eso había sido una cita?

DanmeItoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora