𝟣𝟫. 𝒜𝓇𝓇𝑒𝓈𝓉𝑜: 𝐸𝓁 𝒸𝑒𝓅𝒾𝓁𝓁𝑜 𝒹𝑒 𝒹𝒾𝑒𝓃𝓉𝑒𝓈 𝒹𝑒 𝟧 𝒹ó𝓁𝒶𝓇𝑒𝓈 (𝑀𝒟𝒵𝒮, 𝒮𝒜𝒱𝐸, 𝒯𝒢𝒞𝐹).

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Luo estaba, literalmente, besando el capo de esa patrulla, no creyó que en verdad lo iban a atrapar. Mientras Wei Ying y Hua Cheng reían al otro lado de la cuadra.

Lo más importante era que su Shizun lo iba a matar. Todo por ese tonto reto que el más pequeño (de edad) le había dicho.

— ¡No le avisen a Shen!

— No prometo nada Binghe, de seguro ya lo sabe.

— ¡No es cierto!

— Joven tiene derecho a guardar silencio o todo lo que diga será usado en su contra.

Mientras el alto policía le ponía las esposas y le decía sus derechos sólo vio con odio ese estúpido cepillo de dientes por el cual lo habían arrestado.

Maldita burocracia, maldita sea la tonta idea de salir corriendo y alzar sospechas, maldita sea cuando esos dos tontos llegaron a casa, maldito día sabía que no tenía que levantarse.

— ¡Oye Luo! 

— ¿QUÉ QUIERES?

Wei Wuxian en serio era increíble, ese maldito había podido salir con dos desodorantes y una crema de afeitar. 

— Jajajajaja, amigo yo no tuve la culpa.

—  Señor policía, ese de ahí también hurto cosas.

— Ya lo revisamos y no tenía nada hijo — lo levanto, costándole un poco de trabajo pues a pesar de ser más alto que el joven, tenía menos músculo — , tienes derecho a una llamada, ¿ya sabes a donde la vas a realizar?

— ¡Luo voltea!

— ¡DÉJENME EN PAZ MALOS AMIGOS!

— ¡LUO BINGHE!, ¿QUÉ ES LO QUE HICISTE?

El muchacho de 25 años no quería voltear, su Shizun se escuchaba claramente molesto, primero porque no estaba jugando fútbol como le había dicho, segundo porque estaba a punto de entrar a una patrulla esposado como un maldito criminal y tercero... Porque  fue por un jodido cepillo de cinco dólares.

— ¡TE ESTOY HABLANDO!

Con paso decidido el joven de suéter verde se acerco a donde estaba, obstruyendo la puerta del coche.

— Señor, deje subirlo. Lo podrá ver en la comisaría.

— ¡Binghe!

—  Señor, esta obstruyendo la fuerza pública.

— Me importa poco — en serio que Shen no estaba midiendo las consecuencias —, ¡Yah, Binghe!

La sirena sonó, mientras el par de amigos reventaban de risa.

— JAJAJAJAJAJAJAJA, no creí que lo iba a hacer.

—  JAJAJAJAJAJAJAJA, ¿crees que ya sea momento de ir a sacarlos?

— Neh —el alto destapaba uno de los desodorantes en aerosol—, su Shizun esta echa una fiera. Déjalo que lo encontente con sus lágrimas.

—Aiya, Hua Cheng, eres demasiado para el pequeño Luo.

— Él luego se desquita dándome solamente fideos instantáneos para la cena.

— ¿Deberíamos de hablarle a Shang para que vaya a buscar a su primo?

—  Mobei Jun me dijo que estaban en una comida con los empresarios.

— Vaya... Si me viera Lan Zhan, seguro no la cuento. 

— Xie Lian me dijo que dejará de molestarlo — el de playera roja sonrió con autosuficiencia— , se lo merece el pequeño demonio.

— Jajaja- 

— ¿San Lang?

— ¿Wei Ying?

Bueno... Posiblemente estaban igual de muertos que el pequeño loto negro. 

DanmeItoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora