2. 𝔐𝔞𝔫𝔬𝔰 𝔱𝔬𝔪𝔞𝔡𝔞𝔰: 𝔇𝔢𝔰𝔞𝔶𝔲𝔫𝔬. (ℨ𝔥𝔲𝔦𝔏𝔦𝔫𝔤)

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Amaba todo de él, desde cada hebra de su largo y negro cabello hasta la uña de su pie, pero lo que más le encantaba eran sus manos.

Tenía dedos largos y delgados, su tacto siempre era suave y delicado, y a pesar de tener ya unos cuantos años juntos, cada día lo sorprendía por tocar en un lugar nuevo y seguir llevándolo al cielo como la primera vez que entrelazaron sus dedos, donde se dio cuenta que encajaban perfectamente, como si las piezas del rompecabezas por fin estuvieran completas.
Incluso durante su profundo sueño sus manos seguían juntas.

Jin Ling, dio vuelta en la cama llevando consigo la mano de Lan Sizhui, dejándola reposar sobre su plano abdomen.

— A- Ling.

— Mmh, duerme. Es sábado.

— Tenemos que ir a ver a mis padres.

Un quejido salió del menor mientras se aferraba más fuerte a la cobija que lo tapaba.
A-Yuan rio bajito y le dio un ligero beso en la mejilla, aspirando el olor que siempre estaba impregnado en su pareja.

— Sólo cinco minutos más A-Ling, no debemos llegar tarde.

— Wei Wuxian siempre despierta tarde, así que no importa si llegamos temprano. Él no estará listo.

No tenía nada con que refutar a lo que había dicho el de amarillo, así que sólo opto por recostarse sobre el hombro contrario, y hacer circulos sobre el abdomen de Jin Ling con uno de sus dedos, lo sintió temblar ligeramente por lo que le susurro.

— Bien, pero ya desperté... Y quiero desayunar.

Un sonrojo cubrió el rostro de Rulan al mismo tiempo que cerraba con más fuerza sus ojos, pues sabía que él era el desayuno.

Besos empezaban a llegar a su cuello, los cuales incrementaron su temperatura corporal.

— Bien, bien, bien. Tú ganas. Ya me levanto.

—No, ahora quiero desayunar.

Botando las cobijas que lo cubrían, soltó la mano de su prometido, para dirigirse al baño, pero antes de que entrara completamente, lo tomaron de la mano nuevamente juntado sus labios en un beso inocente, donde sólo el mayor tomaba entre sus belfos su labio inferior mordiéndolo ligeramente para separarse después de unos cuantos segundos y juntar sus frentes.

—¿Qué te parece si hoy desayunamos en el baño?

Ya no eran necesarias las palabras, así que con su mano izquierda tomó la derecha del mayor y posando sus labios en los del contrario, lo encaminaba al pequeño cuarto con regadera.

Lan Sizhui sabía que a final de cuentas Jin Rulan tenía razón... Aunque llegaran a tiempo, sus padres tardarían un poco para verlos...
Así que prefería matar ese tiempo con su futuro esposo.

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