𝟸𝟼. 𝙻𝚕𝚞𝚟𝚒𝚊: 𝙳𝚎𝚜𝚎𝚘𝚜 𝚋𝚒𝚎𝚗 𝚙𝚕𝚊𝚗𝚎𝚊𝚍𝚘𝚜. (𝙽𝚒𝚎𝙻𝚊𝚗/𝚆𝚊𝚗𝚐𝚇𝚒𝚊𝚗)

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— ¿Y tu hermano?

La madre de Nie Mingjue le preguntaba al menor sobre el paradero de su hijo.

— No sé, no me aviso.

A comparación de lo que muchos creían, la personalidad fuerte de Mingjue la había heredado de su madre, por lo que esta no despegaba la vista de aquel hijo que no era de su sangre.

— Cuando regrese, dile que vaya a verme. Necesito hablar con él.

— Yo le diré cuando lo vea.

Nie Huaisang sabía que ese día posiblemente nunca llegaría.

...

Wei Ying y Mingjue al tener alas, eras los que cargaban a sus parejas mientras estos con el poder de su extraña tribu, hacían que fueran invisibles al ojo humano.

— Estamos cerca, me dijeron que era a un lado del puente Carlos.

— Mingjue, pero no sabemos cual será.

En efecto, el mayor no se había detenido en ese singular detalle.

— No se preocupen, debe de haber una señalización o algo que nos indique.

— Bien, ¿Wei Ying quieres descansar?

— No, Lan Zhan, voy bien. Tranquilo.

— Mmnh.

Habían volado ya durante un día entero sin hacer pausas. Era normal que estuvieran perdiendo altura. 

Los ojos de ambos Lan divisaron a unos cuantos kilómetros una ciudad luminosa, llena de torres y un puente. Le rezaban al creador que fuera ese puente, no querían que sus parejas colapsaran sólo porque no querían descansar.

Pequeñas gotas de agua empezaban a caer, mientras por arriba de ellos pasaba un fugaz ser con alas de fuego. 

A decir verdad, las alas de Mingjue ya tenían quemaduras por el potente sol, Wei Ying en cambio estaba demasiado fatigado pero ambos tenían sólo como objetivo llegar a esa ciudad donde se podían hacer sus sueños realidad.

Descendieron aún con el encantamiento de invisibilidad y ambas quimeras aladas se sentaron en el suelo.

— Te dije que paráramos —Xichen tomaba las delicadas alas de su amado mientras aplicaba un bálsamo de caléndula—, no quiero que te lastimes.

—No hay de algo que no me pueda recuperar. Además, estamos en el lugar adecuado.

— ¿Cómo sabes?

Cuando las quimeras que eran gemelas voltearon, divisaron un ser con pico de loro y una gran melena roja junto con una mujer con cola de serpiente y su tórax cubierto de plumas negras. Ambas estaban bajo la potente lluvia, pero parecía que no eso no les afectara.

— Los estábamos esperando.

El cuarteto tenía una cara de sorpresa y de ingenuidad.

— Brimstone, tiene oídos en todos lados. 

Ambos seres los encaminaron a una escalera en espiral, de tantas vueltas Wei Ying empezó a tener nauseas.

Llegaron a un lugar lleno de humo de incienso, olía a miel y leche, además lo único que alumbraba la pequeña habitación eran velas en las paredes y los techos pero aún así no sentían peligro.

Wangji, tenía buena visión nocturna así que él fue la cabeza del grupo.

Una profunda voz llego a sus oídos.

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