(っ◔◡◔)っ ♥ 12. Cocinando: Todo empieza por el pastel. (BingQiu) ♥

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Shen Qingqiu estaba en la cocina, con el delantal puesto, un batidor en la mano y medio bote de harina en el suelo.

Bien, esto no era lo que esperaba, Luo Binghe estaba de cumpleaños y quería darle una sorpresa, pero recordó que su única especialidad era fideos instantáneos. No le quería preguntar a Luo porque se arruinaría todo, por lo que busco tutoriales en internet.

Tomo nuevamente el bote y con cuidado lo volteo en el bowl. Grande fue su sorpresa que sólo quedaba menos de la mitad, creyendo que no pasaría nada si alteraba la receta, continuo.

En vez de dos huevos, puso uno, el azúcar le puso una pizca, de la mantequilla puso un cuarto de la barrita, un poco de agua porque se veía muy seco, una cucharadita de polvo para hornear y como le faltaba color dos cucharadas de cocoa.

El plan original era hornear un pastel lo suficientemente grueso para ponerle relleno, pero con la poca masa que había salido, sólo pudo llenar el molde de pasteles mini que utilizaba Binghe.

Lo metió al horno y espero.

Dio un gran suspiro y fue a la sala a esperar.

— Binghe, todo lo que hago por ti. Ja, quién iba a pensar.

Shen juraría que si su primo lo viera en ese momento, le tomaría miles de fotos y nunca lo dejaría de molestar durante diez años, con ese pensamiento entro a un profundo sueño.

...

— ¡SHIZUN DESPIERTA!

Lo primero que vio fue el rostro preocupado y lloroso de Binghe, ¿qué había pasado?

— ¿Binghe?

El chico de ojos llorosos sólo lo abrazo mientras Qingqiu volteaba a ver su casa...
O lo que era su casa, pues humo salía por cada una de las ventanas y también por la puerta, era una enorme chimenea.

— ¿Qué paso?

— Al parecer olvidaste algo en el horno.

— ¿QUÉ?

De manera brusca se separó de los brazos del menor mientras trataba de entrar a su casa, diciendo que era el dueño e importandole poco que traía el delantal con la frase de "beso al cocinero", se colo dentro.

— ¡Shizun no entres, es peligroso!

Se encamino a la cocina y ahí, en la pequeña isla se encontraba lo que suponía era el pastel.

Su mirada reflejaba tristeza, ni un tonto y simple pastel podía hacerle a Binghe, quién le preparaba el desayuno antes de que fuera al trabajo, le ponía su comida en toppers y la cena siempre era exquisita.

Sonrió de manera triste y escucho que alguien se había llegado.

— Era un pastel. Pero se arruinó. — volteo y vio a su menor aún con el traje azul marino que le encantaba—, creí que podía preparar algo. Pero no soy capaz. Perdón, no era como quería que pasarás tu cumpleaños.

— Shizun — el alto hombre se acercó a Shen mientras tomaba sus mejillas—, el mejor regalo es tenerte a mi lado. Pero si quieres prepararme algo, te puedo enseñar.

— No, el chiste es que yo busque por mi cuenta.

— Pero me harías más feliz si me dejas enseñarte.

Frunció levemente su entrecejo, obviamente quería decir que sí, pero se sentiría incómodo.

— Además, durante el tiempo que te esté enseñando podrías... Podrías decirme...

— ¿Decirte cómo?

— Ahora yo sería el maestro, ¿no?

— Binghe-

Un casto beso llegó a sus temblorosos labios y con ello un asentamiento de cabeza mientras un "feliz cumpleaños" era susurrado y los policías entraban nuevamente por la pareja, para poder sacarlos.

Mientras que lo que originalmente era pan para pastel era tirado a la basura.

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