Tres

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-Muy buenos días señor Cavill.

-Buenos días, Kate. - contesto dándole una de mis mejores sonrisa. La bella y eficiente Kate Osborne, mi brillante secretaria.

-Llamó su amigo, el señor Hopkins. Me pidió que le diera un recado sobre una nueva inversión.

Ambos nos dirigimos a mi oficina, Kate permanece de pie frente a mi escritorio mientras enciendo mi computadora y tomo asiento.

-Por supuesto, en unos momentos me comunico con Brad. ¿Es todo?

-Tuvimos problemas...- su voz suena más tímida de lo normal e infiero a que se trata de algo con suma relevancia.

-¿Qué pasó ahora, Kate?

En mi voz puede notarse la frustración y el enojo. Y era entendible, otro error más y mi padre me echaría de la empresa.
Por ningún motivo perdería el importante puesto que tengo.

-La señorita Nelson renunció y se llevó el proyecto de la nueva campaña de publicidad para Cartier. No dio crédito a la compañía.

-¡Qué! ¿Quién se cree esa niña para hacer eso? ¿Dónde diablos está?

-Se fue señor. Iba hecha un mar de lágrimas y...

-Debes terminar tus frases Kate. - la interrumpo y me dirijo a servirme una taza de café.

-Pronunció una y otra vez que esto no se quedaría así. Que le haría cobrar las humillaciones que el joven Liam le hizo.

Clásico de Liam Cavill, mi querido hermano (nótese mi sarcasmo)
Si yo era un cabrón él lo era el triple.

Apostaba mi puesto a que ese idiota se había acostado con Nelson y la había botado sin más. La razón por la que la chica decidió dejarnos tirados. Estúpido. Ya me escucharía al arribar a casa.

-Bien. - resoplo pesadamente al darme por vencido. - Gracias por la información, señorita Osborne, puede retirarse.

-Con gusto, señor Cavill. - sale de la oficina no sin antes darle un buen vistazo a su trasero.

Pasan las horas y debo de pensar en una inteligente estrategia para evitar problemas con mi padre y la línea de Cartier. ¡Maldita sea! Todo estaba de maravilla con la campaña de Nelson, de no ser por ese reverendo imbécil de Liam.

-¡Puta madre!. - doy un gran golpe al escritorio ocasionando que el café se derrame. - ¡Mierda!

En lo que continúa subiendo mi temperamento, un mensaje llega a mi teléfono.
¡Mierda! Un mensaje de Melody, ¿quién carajos le dio mi número?
Aunque... no sería mala idea pasar la noche con ella. Serviría para quitarme el estrés y bajar mi molestia.

Presiono las últimas letras confirmándole que voy en camino hacia su departamento.

___

-He llegado preciosa.

Inmediatamente reconozco la voz de mi mejor amigo. Aún me encontraba en la universidad preparando los últimos toques para la sesión fotográfica que haría para mi examen de mañana.

-¡Andrew! 

Ríe divertido y deja una charola sobre la mesa.

-Solo mira lo que te traje. - sonríe ampliamente. - Ábrelo, linda.

-Bien...- abro la charola y sonrió de oreja a oreja el aperitivo que tenía frente a mis ojos.- ¡Croissant! ¡Oh por Dios! ¿Tú los hiciste?

Señor ArroganciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora