Doce

2.6K 155 33
                                    

Estaba demasiado metida en mis propios pensamientos cuando escucho una voz acercándose.

-¡___!

Al voltear, veo que Tom viene trotando hacia mí.

-¡Hola! ¿Qué haces un sábado a las 9:30 de la mañana en el parque?

-Bueno... yo, vengo del gimnasio.-sonrío tímida.

-Vaya, es usted una señorita madrugadora.-ríe amablemente.- ¿Puedo tomar asiento?

-Claro, adelante.

-¿Estás bien ___?

-Ssssí, estoy perfecta. ¿Por qué la pregunta?.- froto mis manos con algo de impaciencia al compás que mi pierna se mueve.

-Noto que estás nerviosa o abrumada por algo. ¿Te molesta mi presencia?

-¿Qué? No no, para nada, Tom. Eres alguien muy agradable.-sonrío lo más real que puedo.

-Menos mal.- sonríe.- ¿Has desayunado?

-Bebí un licuado antes de irme al gimnasio.

-Entonces vamos a almorzar. ¿Qué te parece? Yo invito.- se pone de pie y extiende su mano para que yo la tome.

-No es necesario Tom. No me gusta que gasten en mí.

-No es ninguna molestia, además pasamos un buen rato mientras platicamos para seguirnos conociendo mejor. ¿Qué dices bonita?

-Está bien, pero que sea algo saludable.

-Por supuesto, conozco un lugar que te encantará.-suena su celular, al revisarlo logro ver su expresión de molestia.

-¿Malas noticias?

-No, solo un hermano bastante molesto.

-¿Tienes hermanos?.-frunzo el ceño algo extrañada.

-Sí, dos hermanos mayores. Todos unos polos opuestos.

-Apuesto a que son tan amables como tú.-sonrío ampliamente.

Ríe fuertemente.

-Oh cariño, si tan solo los conocieras.

Caminamos rumbo al famoso restaurante.

Henry

En estos momentos me encuentro manejando sin rumbo. Al salir del gimnasio solamente había subido a mi coche y no he parado de conducir. Ya llevo media hora sin saber a dónde voy. Pienso, pienso y pienso lo que acaba de pasar con Thompson. Ese beso, ese maldito beso. Para ser honestos, sí besa bien y fue un tanto intenso, dulce pero intenso.
Creo que no fue buena idea haber rechazado a Hailey. Necesitaba follar con alguien, tenía que deshacerme de este malestar que me había causado ese estúpido beso. ¿Malestar? Por Dios, no digas pendejadas Cavill.

-¿Melody?.-marco el número de teléfono de la sexy y bella Melody.

-¿A qué se debe esta sorpresiva llamada? Ya te cansaste de las caricias de Hailey.-ríe divertida.

-¿Estás disponible belleza?

-Para ti siempre, cariño. ¿Quieres venir?

-¿Me recibirás con una copa exquisita de vino?.- respondo seductor.

-¿No es muy temprano para beber?

-Tienes razón, preciosa.-sonrío a través del teléfono.-Llego a tu departamento en media hora.

Señor ArroganciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora