Señor Arrogancia

Fin de temporada

___

Los rayos del sol se asoman por los grandes ventanales de la habitación de Henry anunciando que el día había comenzado.
Revoloteo sobre la cama para encontrarme con el rostro del hombre que tanto amo, pero al buscar su calor me doy cuenta que no está a mi lado.

Me siento sobre la cama tallando mis ojos y doy un vistazo. El lugar era completamente sofisticado y varonil, al igual que las almohadas y las sábanas, que despedían el aroma exquisito del perfume de Henry.
Sonrío al percatarme que es todo lo opuesto a mi habitación.
Decido levantarme de la cama con solo la sabana enredada a mi cuerpo y me dirijo hacia el enorme baño que está dentro.

Reproduzco una canción en mi celular para amenizar el ambiente.
Abro la llave para preparar la ducha pero antes cepillo mis dientes. Veo mi reflejo frente al espejo y una amplia sonrisa se dibuja en mis labios al recordar la maravillosa noche que pasé entre sus brazos.
Al bajar la sábana por mi cuerpo puedo ver a la perfección una pequeña marca en mi cuello y al instante me sonrojo, sin duda, se quedaría por unos días.
Cuando el vapor ha sido suficiente decido entrar a la regadera. Siento algo de dolor en mis muslos al subir la pierna, sé de qué se trata dado que anoche Cavill había perdido el control un poco.

Minutos más tarde salgo del largo baño vistiendo una bata.
Seco mi cabello frente al lavabo y me extraña gratamente el pequeño brillante que está sobre éste.
Al tomarlo me percato que es un pequeño arete, eso sí, muy elegante y fino.

-No pienses cosas que no son, ___.-me digo una y otra vez.-Vamos, Henry solía ser un coqueto de primera, tal vez alguna de sus conquistas pudo haberlo olvidado.-no voy a negar que siento un hueco en el estómago.-¡Estás loca!.-un movimiento con mis brazos ocasiona que mi celular caiga al bote de basura.-¡Mierda!.-me quejo al instante.

Al sacar mi celular del cesto frunzo mi ceño enseguida.

-¿Qué...?

El empaque de un preservativo se encuentra entre los papeles. Y a continuación, mi inusual búsqueda llega a su fin al descubrir el contenido de éste usado.
Cubro mi boca con mi otra mano y trato de respirar muy hondo.

-¡No!.-resoplo pesadamente tratando de entender lo que pasaba.

No estaba muy segura del escenario que se me ponía en frente.
Hacer el amor con Henry había sido maravilloso y recordaba cada una de sus caricias y besos. Pero lo que no tenía claro es si en algún momento él había optado por ir en busca de protección.

-¡___! ¿Dónde estás, amor?

-Yo... e-estoy saliendo de la ducha. Enseguida bajo.-me encuentro tan abrumada.

-No te tardes, cariño. El desayuno está listo.-escucho cómo cierra la puerta de la habitación y baja las escaleras.

-¡Oh Henry! No me hagas esto, por favor.-deseo con todas mis fuerzas que el preservativo usado haya sido consecuencia de nuestra maravillosa noche.

Henry

Acomodo el delicioso desayuno que acabo de cocinar para mi adorado tormento.
Había optado por levantarme temprano y tener un lindo gesto con ella. Esperaba que le gustara.

Unos pequeños pasos se avecinan y mi sonrisa se hace más grande al verla caminar hacia mí. Luce espléndida recién duchada, además que su rostro no está cubierta de maquillaje.

-Buenos días, amor mío.-tomo su cintura y la atraigo hacia mí.

-Buenos días, cariño.-besa mis labios pero la percibo algo rígida e incómoda.