Cincuenta y uno

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Liam

-¿Qué es tan importante para que me hayas hecho salir del departamento de una tía bastante buena?.-entro al lugar donde vivía mi querida ex cuñada.

-Deja tus aventuras para después, Liam.-sostiene una copa de vino entre sus manos.-No me has ayudado en nada en estas últimas semanas. Necesito resultados.

-Lo siento, belleza. Pero necesitaba olvidarme un poco de todo lo que tuviera que ver con el estúpido de mi hermano. Ya suficiente tengo en lidiar con ambos en mi casa.-sirvo otra copa de vino.

-Pero Henry no vive con tus padres, ¿o hay algo que no sepa?

-En efecto, preciosa. Cavill tiene su penthouse pero eso no le quita el derecho de poder pasear por mi casa.
Él y el debilucho de Tom no cruzan ni una sola palabra.-sonrío orgulloso.-Es bastante entretenedor. Estoy consiguiendo que Tom esté de mi lado, así te conviene para que quite del camino a la adorable gordita.

-¡Esa imbécil!

-No te alarmes, preciosa. Por lo que he visto, Thompson y Henry pasan una mala racha en su relación. Bueno, si a eso se le puede llamar relación. Todo parece que lo dejaste tan traumado que no le ha apetecido comenzar una nueva.-bebo mi copa y sirvo un trago más.

-¿De verdad?.-la bella rubia muestra una gran sonrisa al mismo tiempo que arrebata la botella de mis manos.-Es un vino caro para gastarlo en alguien como tú, querido.-dice un tanto burlona.

Sonrío. Me encantaba lo coqueta que podía ser.

-¿Cuándo he mentido?

-Por favor, Liam. Eres un sin vergüenza a comparación de tus hermanos.
Tom es ingenuo y débil. Henry es maravilloso e intachable.

-Henry, Henry, Henry.-camino hacia el balcón.-Estoy tan harto que todos elogien a ese idiota. Henry no es ni será mejor que yo.-siento como me carcome la rabia por dentro. Odiaba que mi querido hermano mayor fuera el ejemplo a seguir.

-Henry es un partido para cualquier mujer y lo sabes.-camina hacia mí y arquea su perfecta ceja.-¿Acaso me dirías que sueñas con una familia y un montón de hijos?

-Y no me digas que tú sí. Por favor, Sofía. Si pudieras comer lechuga todo el tiempo lo harías para no perder tu esbelta figura.-le regalo el mismo tono cínico.

-Si estuviera dispuesta a destruir y arruinar mi cuerpo lo haría por Henry. Un hijo de él lo sería todo para mí.

-Para quedarte con nuestro dinero.-suelto una divertida carcajada.

-Sabes que el dinero es importante para mí.

-Por esa misma razón engatusaste al imbécil de mi hermano.

-Henry en un hombre increíblemente guapo y varonil y si a eso le sumas sus incontables cuentas en el banco, su inteligencia y lo bien que te lo hace en la cama, por supuesto que caes rendida a sus pies.-se acerca hacia mí y comienza a jugar con el nudo de mi corbata.

-Eres una zorra.-sonrío ampliamente.

-A veces las mujeres tenemos que hacer lo que nos corresponde para lograr vivir plenamente, querido Liam.-su sonrisa es coqueta y muy sexy. No niego que me encantaría tirarmela.

Henry

Mi adorado tormento se encuentra frente a mí trabajando muy arduamente en su computadora.
Clavo mi mirada en su rostro y quedo fascinado por la forma en que sus ojos se entrecierran al tratar de leer un documento. Su nariz se arruga al denotar confusión y curiosidad.
Un lápiz descansa en medio de sus labios, con el cual juega por unos minutos. Muerdo mi labio al ver como lo mete en su boca y juguetea un poco.
No voy a negar que por dentro de mis bóxers comenzaba a generarse una dura erección, y es que después de esa pelea en el gimnasio por culpa del idiota de Stan, habían pasado unas semanas que nos habíamos distanciado, por lo cual la probabilidad de hacerle el amor se reducía a 0%.

Señor ArroganciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora