14.- Don't Light My Fire

348 47 9
                                    

Kamen o tsuketa mama de
Ikigurushi-sō ne You
Chikadzukanaide Violence mouth
Sonzai jitai ga Noises

E-Ming salió disparado en cuanto sintió la llegada de Su Alteza sin que Hua Cheng pudiera detenerlo.

Cimitarra tonta, ¿se olvida que es un arma?

Su Alteza era, en sus orígenes, un artista marcial. Claramente iba a atacar si un arma se le acercaba, así que no hizo nada por consolar a E-Ming cuando la espada maldita empuñada en manos de Su Alteza lo atacó, después de todo él se lo buscó al aproximarse de ese modo... y él había herido al príncipe, así que era una justa retribución.

Hua Cheng había ido al santuario Puji para advertir a Su Alteza que se mantuviera alejado de Shi QingXuan. El momento que He Xuan había elegido para su venganza había llegado ya y lo que menos deseaba era que su persona especial se viera afectada por lo sucedido ya que sabía que Su Alteza ayudaría al Señor del Viento si éste le pedía ayuda, dado que el Señor del Viento lo había auxiliado anteriormente y eso era algo que Su Alteza no podría olvidar. Si no podía convencerlo, en última instancia lo acompañaría para evitar que se metiera en problemas por las cosas que el estúpido de He Xuan hubiera ideado.

Apenas llegó al santuario se dedicó a hacer limpieza a fondo del lugar. Se había propuesto remodelar el sitio para que fuera un refugio digno de Su Alteza, por lo que limpió a fondo y sacó a la basura inútil de Qi Rong al río. Sabía que el fantasma había tomado posesión de un humano, por eso no lo eliminó como la rata rastrera que era. Era probable que Su Alteza buscara un medio para sacarlo del cuerpo del humano, algo un poco difícil pero creía que era posible. Además, Su Alteza había pedido su sombrero y él había ido a entregárselo.

Su sorpresa fue enorme cuando se dio cuenta de que había otro niño junto a Su Alteza aparte de Lang Ying. Tal vez fuera una impresión suya un tanto errónea, pero podría jurar que ese niño se le hacía un poco familiar, por ende no le agradaba demasiado. Estaba seguro de que ese mocoso tramaba algo y no iba a descansar hasta averiguar si era un peligro o no para Su Alteza.

— No te preocupes, este Ge es una buena persona.

— Nah, soy una muy mala persona.

Hua Cheng liberó una pequeña mariposa para el pequeño que acompañaba a Su Alteza... y después de lidiar con el asunto de Qi Rong el príncipe comenzó a cocinar.

Su Alteza estaba cocinando. Y se negó a recibir ayuda.

Él no debería desgastarse en esa clase de tareas

Tenía que ser sincero: la cosa dentro de la olla no parecía ser netamente comestible. Sin embargo, era comida hecha por Su Alteza, a pesar de lo que el príncipe había dicho sobre esperar Hua Cheng se sirvió un tazón. Tenía un sabor horrible, pero él había comido cosas peores en su vida mortal así que esto no era nada, para él comer algo hecho por Su Alteza era un gran honor que pocos merecían.

Pero, él sabía que podía mejorar así que le dio unos pocos consejos. Realmente... realmente estaban teniendo un rato tranquilo, por lo que decidió no traer a colación el asunto que lo había llevado hasta allí en primer lugar. Algo de lo que se arrepentiría poco después al escuchar una voz conocida fuera del santuario:

— ¿Qué es esa cosa en la puerta? Quema los ojos.

꧂꧂꧂꧂꧂

— ¿Cuál es el peor sufrimiento para usted en el mundo?

Se encontraban en un templo abandonado del Agua y el Viento, un templo que He Xuan se había tomado la molestia de profanar personalmente antes de conducirlos allá. Tal como Hua Cheng temía, Shi QingXuan se presentó ante Su Alteza para pedirle ayuda y supo entonces porque el idiota de los mares decidió atacar en ese momento: el Señor del Agua estaba por atravesar su tercera calamidad celestial, por lo que estaría vulnerable para cualquier cosa que He Xuan planeara hacer. Tenía que admitir que era ingenioso.

La lluvia que alcanzó a la florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora