She | Jenlisa

𝟮𝟴

Ambas caminaban realmente felices, por fin eran una pareja oficial, y ambas se sentían muy afortunadas de tenerse.

—¿Aún te duele caminar?, no aguantas nada.— se burló Lisa y Kim la miró mal.

—¡Ya!, ¡Deja de mencionarlo!, me da vergüenza.

Lisa hizo como si cerrara su boca con un cierre.

—Mm, ¿Puedo llamarte cariño?— preguntó Manoban mientras caminaban al metro que las llevaría al centro comercial.

—Claro, es un nombre muy boni-

—No, mejor no, es demasiado cursi. Kim está bien.— la interrumpió.

Jennie rodó los ojos sonriendo.

—¿Más tarde podemos ir a ver a Cheol?— preguntó Lisa y entraron a un metro que se acercaba.

—Claro, me cae bien.— sonrió.

Cuando el metro arrancó la castañas perdió un poco el equilibrio, y Lisa la sustuvo de la cintura.

—Oh, tienes buenos reflejos.— comentó Jennie un poco nerviosa, por suerte el metro estaba casi vacío, era aún temprano.

Pero en la siguiente estación de subieron varias personas, ya no cabían tantas.

Manoban apegó a Jennie a ella, apoyada en la pared.

—¿Qué estás haciendo?— preguntó la menor.

Lisa la miró confundida.

—¿Prefieres ser aplastada por este montón de gente o abrazarme?— entrecerró los ojos.

—Abrazarte a tí, en todos lados...

—Dios, que cursi eres, no se puede tener una conversación normal contigo, ¿Verdad?— bromeó la más alta.

Jennie le dió un codazo pequeño, y la contraria se quejó.

—Oye, eso duele.— reclamó.

—Me la debías, por dejarme con dolor de piernas, idiota.— bufó.

—No es mi culpa que seas tan sensible, te vas a acostumbrar.

Por suerte nadie las escuchaba, todo el mundo escuchando música con sus audífonos.

—¿Acostumbrar, habrá más?— cuestionó nerviosa y sonrojada.

—Tal vez sí, o no, no lo sé.— río y despeinó su cabello levemente, y la abrazó.