She | Jenlisa

𝟰𝟯

Mini maratón 1/4 <33

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Jennie miraba su celular mientras esperaba a que Lisa volviera con la comida.

Se sentía observada, como si alguien estuviera mirándola.

Y no estaba equivocada.

Kim miró al frente y ahí estaba, Haneul, mirándola con una sonrisa.

El corazón de Jennie se paralizó, ¿Qué pasaría si esa desquiciada le hacía daño?

—¡Hola bonita!— exclamó la de mechas azules y se sentó enfrente de la contraria. Pero le entregó un racimo de flores rojas.

Mierda, sí que es molesta...

Jennie abrió los ojos en grande, ¿Porqué Lisa se fue justo ahora?, claro, Haneul vió que estaba sola y aprovechó la oportunidad.

La castaña recibió las flores dudosa, y la miró enfadada.

—¿Qué haces aquí, Lisa no te dijo que nos dejaras en paz?— la surcoreana se puso a la defensiva mientras la miraba con rabia.

Haneul se sentó tranquilamente y le sonrió.

—Vengo pacíficamente, no quiero hacerte daño o a Lisa.— volvió a sonreír. ¿No le duele la cara de siempre estar así?

Jennie la miró incómoda.

—¿Y qué quieres? Si no tienes nada que decir ya vete.

—Ah, claro, quería verte por última vez.

—¿Por última vez?— preguntó asombrada, pero feliz. ¡Al fin dejaría de verla!

Iba a contestar, pero una Lisa realmente molesta se dirigía con la comida a la mesa.

Hasta que llega, ansiaba que viniera y lograra que Haneul se fuera.

Manoban dejó las cosas de golpe en la mesa y la miró amenazante.

—¿Qué mierda haces aquí? ¡Solo intentamos disfrutar un día! PARA DE ARRUINAR TODO.— gritó Lisa.

Son hizo una mueca triste, era primera vez que no la veía sonriendo.

—VOY A ROMPERTE LA CARA SI NO TE VAS AHORA MISMO.

—Vengo en son de paz, por favor, cálmate Lisa...— levantó las manos indicando que no iba a hacer un daño.

La de pecas bajó la guardia y la miró esperando explicaciones.

—Quería despedirme de ambas, hoy me iré a Canadá.

—Pobre de los canadienses...— dijo Jennie entre dientes.

—Y como no volveré a verlas en un largo tiempo, me gustaría terminar esto bien.

¿Bien? ¿Cómo terminaría bien después de todo?

Lisa la miró de arriba abajo.

—Es verdad, prometo no volver a meterme con Jennie ni contigo, no intentaré nada desde hoy...— prometió la pelinegra.

—Genial, ahora vete, por favor, que te vaya bien, ojalá no se caiga el avión...— musitó lo último Lisa.

Haneul antes de que pudiera hacer algo para evitarlo, abrazó con fuerza a Manoban.

A Kim se le escapaba el humo por las orejas viendo como su chica le devolvía el abrazo a su amiga de la infancia.