𝗢𝟲

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Jennie la miró sorprendida.

—Ah... sí, dénos esa por favor.— sonrió la bajita y el camarero se retiró.

—Asi que, ¿Ahora la gente nos ve como pareja?— río Lisa.

—N-No lo creo, solo se confundió...

—Como digas.

Lisa vio a su alrededor explorando un poco el lugar.

—Primero dices que no necesitas novia, luego insinuas que parecemos pareja, ¿Quién te entiende?— preguntó Kim y Manoban se apoyó en la mesa mirándola, echó su cabello hacia atrás.

—¿Acaso quieres ser mi novia o?...— preguntó la más alta sonriendo ladina.

—¿Q-qué? Claro que no, te conozco hace al menos cinco horas...

—¿No has leído esos cuentitos de amor a primera vista?— dijo Lisa volviendo a apoyarse en el respaldo de su silla sin mucho interés.

—Pareciera que la que quiere ser mi novia aquí eres tú.

—¿Y qué si es cierto?

—¿Qué?...— Esta chica la va a volver loca, de hecho, parece que ya lo está.— ¿Dices que quieres ser mi novia?

—Nunca confirmé nada.

Jennie cada palabra se le sumaba un sonrojo más, sentía sus mejillas calientes como un horno.

—Estás roja, pareces un tomate.— le avisó la más alta y llegó el camarero, con un batido grande con dos bombillas en el vaso de cristal, y varias galletitas. Se retiró.

—Que elegante, parece película.

Lisa empezó a tomar de una bombilla y Jennie la siguió.

La castaña juraba que podía oler el perfume de la mujer.

Dejaron de tomar y comieron galletas, Lisa miró a los ojos a la contraria.

—Me agradas, Jennie.

—Oh, te sabes mi nombre— río.

—¿Porqué no me lo sabría?

—No parecías muy interesada cuando te lo dije.

—Si me interesas, me llamás la atención.

Aparte de hermosa, misteriosa y atrevida, es muy honesta, muy honesta.

She | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora