🌾;; 3 0

42 5 2
                                    


Nos quedamos borrachos una vez. Bueno, en realidad no, solo nos dolía un poco la cabeza ya que el vaso de champan apenas hacia efecto en mí.

Nos quedamos viendo como otras veces por tu balcón. Ya era muy de noche y las estrellas solo se asomaba un poco, ya que las luces de la ciudad opacaban su luz. No importaba realmente, porque a lo lejos las farolas son igual de bellas. Y venias tú, en el que la luz de la cocina te ilumina por detrás.

Y más que otras veces, te vi más radiante... que de seguro fue por el alcohol. Nunca tendré seguridad, apenas era consciente de lo que hacia esa noche.

Ya me pregunté en otras ocasiones si realmente lo disfrutaste, ya que me llevaste de improvisó por mi corbata.


...


No era muy conveniente llevarte de la corbata, ya que casi te ahorco por ella. Quería verme sexy pero casi te mató cuando me di cuenta que te la ajuste tanto que hasta te asfixio. Lamento esa parte por cierto.

—Disculpa, disculpa. En serio no quería-

—No... te... preocupes —apenas tenías con qué respirar—. Por lo menos no paso a peores.

Colocaste tu mano en mi hombro y luego besaste mi frente. La vergüenza se calmó por un momento, y fue más reconfortante cuando me abrazaste, así que pasé las manos por tu espalda y escondí mi cara en tu cuello.

Mis dedos fueron un poco más arriba, hasta tocar el doblez de tu ropa. Me aparte, agarre tu mano y te redirigí a mi habitación. Nos quedamos acostados ahí por un par de minutos hasta que volvimos a abrazarnos por otro tiempo más, que creo que fue por unos quince.

—Creo que ya sabes que te quiero mucho.

—Lo sé, Mario Hugo, lo sé. Y yo también te amo.

—Sólo quería que lo supieras. Nunca está de más hacerlo, creo.


...


Al poco tiempo, me agarraste de la mano nuevamente y entrelazaste mis dedos con los tuyo. Después de eso, me besaste.

Pero no puedo seguir contando mucho esa historia; recuerda que apenas estaba consciente por el alcohol y cansancio. Sólo te seguí el juego porque tú querías, y yo igual, así que no te preocupes si hiciste algo malo conmigo, que estoy bien.

Te separaste por un momento solo para cerrar la puerta y bajar las cortinas de la ventana. Y agradezco, que por fin te pudiera ver en tu totalidad.


...


Al día siguiente te fuiste a trabajar, y tu ropa ya no estaba. Me puse a pensar si de casualidad no se ensucio tu gabardina cuando te la quité y arrojé al piso, y digo esto porque hace unos cuantos días que no barro el suelo. Puedo volver a lavarla, si lo deseas, o no si no quieres; al final puedes decidir tú.

Sería extraño que solo que ponga a pensar en alguien en situaciones así. Para confirmarlo, debo decirte que eso ya está pasando por mi cabeza.

🌾;; Flufftober Marindy | 31 MinutosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora