Capitulo 22
Pov Ashley
¡Esto era inaudito! Quería golpearlo, quería arañarlo, quemarle el trasero como una antorcha y hacerle miles de torturas. ¿Ahora después de seis meses aparece? Las ganas que tengo es de matarlo. Cuando me encontré frente a él hace apenas una semana, sentí como si mi alma cayera al suelo literalmente. Mi corazón había bombeado con fuerza y hasta Victoria se puso inquieta. Era increíble el control que él seguía teniendo sobre mí y tal hecho me enfurecia enormemente. Muchas veces había intentado olvidarlo, pero como podía borrarlo de mi memoria cuando llevaba a su hija en mi vientre.
Cada vez que tenía una cita médica me repetía que ella era producto de un amor verdadero, de un amor que fue demostrado con todo el corazón y que se vino abajo como una mala construcción. Yo puedo entender que William no me haya creído porque claro las pruebas eran más que evidentes, pero sus palabras hirientes sobraban. William me lastimo y todavía me duele, me duele que no me escucho, me duele que no haya estado conmigo en todos estos meses y que no estuvo conmigo cuando me dieron el sexo del bebé.
- Aquí esta otra vez - dijo Esmeralda con fastidio mientras sostenía el teléfono. Solte un resoplido y cuando lo tome lo colgue. ¡Qué se vaya a la mismísima mierda!
Mi amiga soltó una carcajada y yo me sente en el pequeño sillón pegado a la ventana. Cada vez que llamaba me sentía mucho más molesta y me daban ganas de invitarlo a mi casa solo para poder gritarle lo desgraciado que es.
- ¡No puedo creerlo! Miralo allí - grite observando a William en la entrada de mi casa desde mi ventana. Esmeralda corrió a mirar y nuevamente soltó otra carjada.
- Esté tipo no se rinde - murmuro mirando por la ventana y yo me salí de ella. William no se daría por vencido hasta hablar conmigo, lo sabía muy bien, pero tampoco quería dar mi brazo a torcer-. ¿Con qué se ha lavado la cara?- pregunto negando mientras me perseguía por la habitación.
Tenía que hablar con él. Debía ser una mujer valiente y agarrar el toro por los cuernos.
- Iré a hablar con él. ¿Me veo bien? - dije alisando mi vestido veraniego azul añil con un escote en v.
Mi amiga arqueo una de sus cejas-. ¿Para qué quieres saber si estás bien? ¿No se supone que no te importaba?- pregunto mi dichosa amiga con una sonrisa burlona. ¡¿Por qué tiene que joderme tanto?!
- Esmeralda... - Ella me miró expectante-. Vete un rato a la mierda. - Me di el gustaso de decirle aquello y salí por la puerta de mi habitación.
Mientras decendia las escaleras mis manos transpiraban por los nervios y mi corazón no dejaba de latir haciendome pensar que podría salirse de mi pecho. Odiaba que todavía me pusiera así por él, pero era cierto, William todavía tenía el control de mi corazón. Por eso había intentado salir a algunas citas con Pablo, pero no éramos compatibles y lo cierto era que no quería hacerlo padre de mi bebé cuando apenas me conoce. Estamos mucho mejor como amigos y Pablo creé también lo mismo. Él se dio cuenta que las cosas no funcionarían cuando llevabamos un mes saliendo y ahora las cosas son más tranquilas. Él es un buen médico y no lo cambiaría por nada del mundo. Pablo traerá mi hija al mundo así tenga que pelear en un batallón.
Respire profundamente y abrí la puerta principal para encontrarme con el padre de mi hija, tan guapo como siempre con una camisa gris y unos pantalones negros un poco ajustados. Sus ojos me inspeccionaron de arriba abajo, pero no era una inspección inapropiada si no parecía como si se sorprendiera con mi nueva figura. Porque definitivamente tenía unas libras demás y mis pechos eran muchos más grandes ahora, como nunca pensé tenerlas.
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Destinado a amarte
Romance{Leer La fuerza del destino antes} William ya conocía lo que es amar intensamente y con la mujer más impresionante que no imagino que se enamoraria. Ella era su reina, su amor, su todo y se encargaría de hacer todo lo posible para recuperarla. Él...