Capitulo 11

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Capitulo 11

 

 

Pov Adam

Una semana fue suficiente tiempo para que Nicoletta pensara bien las cosas y que entendiera que todavía me ama.  Ella solo quiere ocultar sus verdaderos sentimientos hacia mí, pero la conozco.  Es mi esposa.  Conozco cada centímetro de su cuerpo y sé que ella todavía me desea.  ¿Cómo puede olvidar todo el placer que yo le proporcione?  Ella solo está utilizando una máscara para ocultar sus verdaderos sentimientos.  Aunque estaba furioso porque estuvo en la cama con otro y ese cuerpo solo lo toco yo.  Nadie más tiene que explorar su piel y mucho menos hacerla llegar al éxtasis del placer.  ¿Con quién demonios se habrá acostado? Si me lo encuentro lo matare por meterse con alguien que no es suyo.

Nicoletta ahora se hizo cargo de la presidencia de la revista y ni siquiera sé como la está manejando porque ella no me había platicado si le interesaba ese tipo de trabajo.  La persona que yo había dejado como suplente me hizo saber los cambios efectuados en la revista y que ahora tiene un cargo de menor jerarquía.  Así que aprovechando que mi no tan dulce esposa estaba trabajando, contrate un cerrajero para poder entrar a la casa.  Esa es mi casa y nadie me sacara de ella.  Tampoco pienso firmarle los papeles del divorcio porque ella es mía pese a quien le pese.

Había paseado alrededor de toda la casa y solo faltaba la habitación de ambos.  Esa es nuestra habitación y hoy le mostrare que ella me desea aun.  Entre a la habitación sintiendo rápidamente su aroma llenar mis fosas nasales.  Olía a vainilla su crema preferida que siempre al salir de bañarse se aplicaba por todo el cuerpo mientras se sentaba frente al tocador o la cama.  Recuerdo las muchas veces que no deje que terminara de aplicarse la crema y me la llevaba a la cama para poseerla, hacerle el amor suavemente y saciar mi sed.  Ella solo sonreía con esos labios tan hermosos y carnosos, me besaba con ternura y me decía soy tuya cariño estoy a tu merced.  Yo solo reía por aquella manera tan tierna de decirlo y nos fundimos en un apasionado beso. 

Nicoletta en la cama era apasionada.  Todo tenía que ser con ternura y cautela aunque podíamos llevar las cosas un poco más tensas, mas lujuriosas, más perversas o salvajes, pero nunca ella mostraba gesto de ser una persona que te tentara con la mirada o con la manera de actuar.  Por eso me había impresionado al verla salir por el balcón en poca ropa y actuando de esa manera.  Cuando la Nicoletta que yo conozco nunca hubiera salido al balcón de esa manera y jamás me trataría como a un perro. 

La muy ingrata me dejo sin ropas y tuve que comprarme todo de nuevo.  Me quite la y lance la ropa a un lado de la habitación.  Busque en la maleta que traje un pantalón corto gris y me quede sin camiseta porque dentro de poco llegaría mi mujer y tanta prenda no sería necesaria.  Nicoletta se llevaría una sorpresa, pensé divertido y muy decidido a no salir de la casa.  Mi auto permanecía aquí en el lado izquierdo de la casa así que ella no sabría que yo estaba en la casa cuando llegara.  Además amenace a los empleados para que no saliera nada de sus labios o se las verían conmigo.

Me recosté a ver la televisión todo el rato hasta que escuche su auto estacionarse al frente, sonreí imaginándome su cara cuando me viera en la cama.  Varios minutos pasaron y la escuchaba en el piso de abajo hablando con los empleados.  Con ganas de reírme me adentre en el baño para darle tiempo a que se desvistiera y agarrarla por sorpresa cuando ya estuviera en ropa  interior.  La llenaría de besos, caricias y le daría el mejor sexo de su vida.  Ella estaría tranquila por unos días o tal vez semanas y luego cada cual sigue en lo suyo porque ni soñando le daré el divorcio.  Nicoletta es mía y de nadie más.

Después de estar un rato esperando con mis piernas comenzando a entumecerse por estar sentado en el inodoro, escuche que entro en la habitación.  Me levante como un resorte y pegue mi oreja a la puerta para escuchar mejor sus movimientos.  Las gavetas eran abiertas y cerradas.  Buscaba alguna prenda para ponerse.  Bien, pensé ya imaginándome devorando su dimito, pero bien proporcionado cuerpo.

Destinado a amarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora