Capitulo 7
Pov William
Estaba más que furioso, sentía que explotaría en cualquier momento. Nunca en mi vida me sentí humillado y más aún cuando los oficiales no paraban de hacer bromas con lo que me sucedio. ¡Ineptos! Ni siquiera cuando era adolescente que yo me pasaba con tantas chicas me ocurrio una mierda como esa. Después de recoger mis cosas y vestirme detrás de un arbusto cosa que creía innecesaria ya que había corrido con todo por fuera.
Por la rabia que sentía fui al maldito hotel y tome mis cosas. Ahora estoy en Nueva York haciéndole la vida imposible a todos mis empleados. El irme no lo hallo un acto de cobardía por el contrario lo considero un acto de sobrevivencia porque si no mataría a Ashley. Tenía unas ganas tremendas de hacerle pagar lo que me había echo. ¿Por qué demonios pensaba que tenia novia? ¡Carajo si la busque por un año entero! ¿Valdrá la pena amar a una mujer que en realidad no conozco? Todo es totalmente distinto a lo que yo viví y ella no es la misma persona. Tampoco puedo esperar que lo sea o que se enamore de mí.
— William, ¿Por qué estás tan tenso? — pregunto Milena caminando con suma sensualidad para pasarse detrás de mí.
Poso sus manos en mis hombros y comenzo a masajearlos por encima de la camisa como antes solía hacer cuando deseaba algo de mí. —. Nada de tu incumbecia, Milena. Regresa a trabajar — respondí hosco rememorando una y otra vez yo desnudo frente a ella. ¡Maldición!
— Yo puedo quitarte toda ésa tensión — susurro a mí oído mientras desabotonaba los primeros tres botones de mi camisa dorada. Respire profundamente al sentir su mano acariciar mi pecho. Deseaba dejarme llevar y hundirme en ella hasta lo mas profundo. Milena era la única mujer que estaba dispuesta y deseaba descargar mi frustración, mi rabia y reponer mi orgullo herido, pero ¿Qué clase de hombre sería si me dejaba llevar?
Tal vez seria un desgraciado que no demostro fidelidad a la mujer que ama, pero que no te ama a ti, me recorde con frustración. Es frustante sentir todo lo que siento cuando no soy correspondido. Ahora yo entiendo a todas ésas mujeres que una vez rechace y que trate como trapos sucios. Prácticamente sin querer humillaba a las mujeres y ahora estoy pagandolo caro, muy caro.
— No creo que puedas así que retirate por favor — dije apartando sus manos de mi pecho y me levante del asiento. Milena sonrio de manera traviesa y contoneo sus caderas, provocandome.
Ella tenía un cuerpo voluptuoso, su nariz perfilada muy fina y sus senos eran muy generosos. Cuando digo generosos es que están hechos a la medida para ésta mujer que en su momento considere una diosa. Ahora la encuentro superficial y aunque solamente hayamos tenido nuestros queveres una sola vez, siempre había admirado su cuerpo.
— Con permiso señor Johnson. — La voz de Carolina se escucho detrás de la puerta y agradecí al cielo porque luego Milena no se me pegara al cuello así terminando con mi fuerza de voluntad—. Hay una señorita que desea verlo y no acepta un no por respuesta.
— Milena continúa con tu trabajo y dile a la señorita que pase — ordene muy serio y ella asintio mientras se relamia los labios.
Al salir volví a tomar asiento detrás de mi escritorio en la espera de la mujer. Cuando la puerta se abrió nuevamente sentí un cúmulo de emociones. Enojo, rabia, deseo y amor. ¿Qué hacia ella aquí? Ashley tan radiante como siempre estaba frente a mí y su vestuario mataría a cualquier hombre. La muy condenada llevaba puesto un vestino rojo vaporoso con un escote pronunciado y un cinturon negro debajo de sus pechos. Su pelo tan rubia estaba completamente rizado como nunca lo había visto. No llevaba nada de maquillaje, pero si labial oscuro haciendo ver sus labios más pronunciados.
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Destinado a amarte
Romance{Leer La fuerza del destino antes} William ya conocía lo que es amar intensamente y con la mujer más impresionante que no imagino que se enamoraria. Ella era su reina, su amor, su todo y se encargaría de hacer todo lo posible para recuperarla. Él...